Los Jóvenes y lo social
¿Qué debo hacer por obtener la vida eterna? Fue la pregunta de un joven piadoso, “bueno”, dicen algunos que hizo a Jesús, a quién lo reconocían como el “hombre de Dios”, su enviado (Mc 10). La respuesta del Maestro fue clara: “cumple la ley de Dios”. La primera reacción del joven fue, “ya lo he hecho”. Cosa que llama la atención, pues los que hemos sido jóvenes, los que pasamos la etapa de la búsqueda de la libertad y la autoafirmación del yo, no solemos tener a Dios y sus mandatos como referentes, pues nos parece que está muy lejos el cumplir las leyes de lo que un joven desea.
Por eso, es llamativo, en este joven, que nos dice mucho de los valores juveniles, que no solo pueden y deben pensar en ellos mismos, sus deseos y anhelos, sino que saben que hay algo que nos invita a abrirnos al otro para poder crecer, ser persona, ser feliz ya que uno de los indicadores de la felicidad es nuestra capacidad de sensibilizarnos por el sufrimiento de otras personas, entender que la felicidad no es un mero asunto individual, ¿cómo puedo ser feliz sin ver a los demás? ¿sin convivir con el otro? ¿sin desarrollar mis talentos al servicio de algo?