El infiernillo de Correa.
NO señores, no es el Ecuador en el cual estamos obligados a vivir por culpa de un desgobierno que no atina el rumbo hacia donde dirigirse, sino el infiernillo, (celda de castigo), que el ciudadano presidente a punta de combo y martillo derrumbó en la cárcel de Esmeraldas, acompañado por la difusión mediática, que por el espectáculo circense brindado por el visitante de Carondelet, ofrecieron todos les medio de comunicación, a más de la interminable propaganda gubernamental, pagada con dineros que salen de nuestros bolsillos.
Si el tema hubiera quedado ahí, para mí no hubiera existido sorpresa alguna, ya que este mal llamado Gobierno Democrático, tiene por costumbre crear un ambiente de histrionismo para todas las “buenas acciones” que ellos realizan, y a través de las cadenas, mensajes y noticias a los ecuatorianos, vuelvo a insistir, pagadas con nuestros dineros, inundarnos de las mismas, y pretender que a las buenas o especialmente a las malas, como es su tradición, creamos la cantidad de desaciertos que se presentan por los medios antes detallados…