Mientras Radio Sucre, matriz de CADENAR, era clausurada por el órgano que la controla, el conglomerado empresarial denominado lacónicamente “Grupo Isaías” caía en manos del Estado según norma legal que permite tal acción. Todo esto ejecutado en la madrugada se siguió desarrollando con escenas hasta trágicas, televisadas por Gamavisión, TC Televisión y otros canales de señal nacional y por cable pagado. Para cerrar el día, en la Asamblea de Montecristi se debatió -si se puede llamar debate a la suma de discursos retóricos sin contenido práctico- sobre autonomías, descentralización, desconcentración y regionalización. ¡Tremendo martes! ¡Martes loco!
Enemigo como soy de todo mecanismo disfrazado de confiscación, la llamada incautación no hace más que, a primera vista, detener abruptamente negocios legítimos en marcha. Negocios que se agilitan con capital humano (empleados) que se frustran en su labor ante la inseguridad de empleo cierto ante los nuevos administradores. Y de paso, para pulir más la perla, estos negocios en marcha son medios de comunicación realmente importantes por su nivel de sintonía en todos los estratos sociales y por su trayectoria en la vida nacional…