La forma y el contenido
a Filosofía en nuestro tiempo aparece por momentos como una disquisición innecesaria poco práctica, para algunos una real pérdida de tiempo.
Hace unos años el filósofo mexicano Adolfo Sánchez Vázquez expresó:
“Pero al hablar ahora de los tiempos adversos para la filosofía no nos referimos al hecho, reiterado a lo largo de su historia, del rechazo, por parte del Estado, de determinada filosofía, sino al rechazo actual, por parte de la sociedad, o un sector de ella, de la filosofía en general, y, por tanto, no de ésta o aquella filosofía, aunque esto siga dándose desde el poder vigente”.1