Teocracia y Egocracia
La visita de Mahmud Ahmadineyad al Presidente Correa ha acaparado la atención de la prensa nacional e internacional. Sin duda que se ha logrado posicionar a nuestro país y promover la no inversión extranjera occidental, que es una de las metas que el Gobierno persigue por considerarla un contrapoder de la revolución ciudadana. Incluso hemos arrancado un editorial de esa prensa corrupta como creo que debería considerarse, en el enlace sabatino próximo, al Washington Post. ¡Somos importantes, y eso es lo importante! Lo demás pamplinas. Mientras discutíamos sobre esto en la redes sociales y sobre los beneficios que trae al Ecuador esa asociación tan estrecha con Persia, y yo por mi parte ponderaba lo importante que sería una transferencia de tecnología en esto de la industrialización del shawarma, o del apoyo con submarinos ecuatorianos para ir al estrecho de Ormuz en caso de conflicto armado, el Código de la Democracia se resbalaba ajustando las tuercas para facilitar la reelección de nuestro Rafael Correa, uno de los líderes mundiales de más envergadura en estos momentos de tensiones nucleares. Es lógico, pues si el precio del petróleo llega a 200 dólares el barril, estamos hechos en el 2012 y quedará financiado ese festival de gasto público que alimenta la popularidad de nuestro líder.