19 abril, 2025

Barcelona S.C.

Temiendo que alguien emule las acciones del gobierno y mande a dinamitar al Estadio sin nombre donde juega el equipo más popular del Ecuador, entro en el análisis de un tema que a algunos lectores no interesará, cansados que estarán de seguir un historia de fracasos que ya se extienden más allá de una década y promete extenderse por otra más.

No voy a comparar a nuestro Barcelona, el de los mil problemas, con el equipo catalán. Sería una burla. Sería contrastar el infierno con el cielo. Los campeones europeos ya no juegan fútbol sino que plasman sinfonía alrededor de una pelota para deleitar a quienes entienden lo difícil que es llegar a ese grado de interacción y armonía humana.

La Prensa Pública

No voy a negar que el poder informativo en manos privadas suele cometer abusos, entrometerse en la defensa de intereses empresariales, deleitarse con imponer su poder omnímodo, juguetear con el poder político, callar o sobredimensionar noticias a su gusto y antojo. De hecho he sido víctima de esos juegos abusivos. Hace 20 años colocaron una placa e mármol labrada con mi nombre en el urinario que tenía diario El Universo en la vereda pegada a su edificio para que los canillitas practiques puntería.

Omitieron por décadas mencionar mi nombre por cualquier motivo incluso cuando fui concejal de Guayaquil, y posiblemente en aquellos tiempos no habrían aceptado siquiera publicar mi parte mortuorio o hacerlo a tarifa redoblada como cuando publican o no remitidos políticos. Ecuavisa me tiene en su lista negra y ya eso también se prolonga cuatro quinquenios y posiblemente hasta que muera el dueño si no deja cláusulas testamentarias perpetuando su deseo. También fui ofendido durante 14 minutos durante los cuales que se mantuvo mi foto congelada en el noticiero de Telecentro, mientras en el audio se me acusaba de esto y de lo otro. Y eso sucedió en los tiempos de los señores Isaías que se decían mis amigos. Pero en todos estos casos y en muchos otros tuve la alternativa de usar la libertad de expresión desde mi propia columna de opinión.

Ser o no Ser

Hemos ido a las urnas una vez más y esto siempre es una buena noticia porque es un ejercicio cívico que fortalece a un país democrático. En teoría las elecciones sirven para encontrar ordenada y civilizadamente una manera de compartir un destino común y de construir sobre una geografía determinada una estructura jurídica sobre la cual desarrollarnos y entendernos. Se trata finalmente de fabricar entendimientos pese a que implica grandes momentos de desentendimientos durante el proceso. Y así llega el punto de desenlace que consiste en un escrutinio donde desemboca un resultado válido e indicativo para seguir avanzando. Allí alguien gana y alguien pierde respecto a determinado punto de vista o situación, pero al día siguiente la vida continúa y todos siguen compartiendo un destino común. Solamente así el país avanza en la gran construcción de su destino.

Diez nuevas normas para Twittear

Con el triunfo del SI, quienes hemos hecho de las redes sociales un mecanismo de desahogo, de comunicación, de interacción y de opinión, deberemos estar más atentos pues hay riesgo de que expeditamente te caiga todo el peso de la ley. Y la ley y los jueces la harán y los nombrarán ellos mismos, es decir quienes establecieron las reglas de juego de una Consulta Popular diseñada de una manera peculiar y engañosa. Primero te arrancaron el SI empaquetado, y luego te redactarán la ley en letra chiquita y seleccionarán los jueces a placer. Firmaste un cheque en blanco y ahora tienes que pagar.

Pero como resultados son resultados, estos son los consejos que propongo para que uses el Twitter con tranquilidad y sin miedo.

No, diez veces no

La Consulta Popular es el mejor instrumento democrático. Nadie puede discutirlo en la teoría aunque en la práctica se volvió una herramienta a favor de la ambición desmedida, de la inteligencia torcida, del abuso de poder equivalente a ponerse una piel de borrego para ocultar realmente lo que hay adentro, si acaso ellos mismo lo saben.
Ya mucho se ha escrito sobre esto y se ha analizado cada pregunta en sus confusiones didácticas y en su aparente inocencia. No me preguntan si me gustan los toros, los gallos ni los casinos. Me preguntan si creo que se debe prohibirlos, y la respuesta en NO. A mí no me gustan ni los toros, ni lo gallos, ni los casinos, pero NO se debe prohibir algo porque simplemente a mí NO me guste. Basta que guste a quienes gustan esos espectáculos para que se respiren libertades.

No se preguntan temas que me hubiesen gustado conocer respecto a lo que piensan los demás mayoritariamente. Saber por ejemplo que piensan sobre al voto obligatorio y al tan sancionado atropello a mi propio derecho de hacerlo, que inhabilita además como castigo ejercer derechos como es el de casarse, ser testigo de una boda, renovar un pasaporte, sacar una licencia de conducir y cien otros etcéteras. ¿Será porque el valor de las multas por no votar es un ingreso jugoso sobre el cual no tenemos idea en que y en cómo se gasta?

El dedo

Parecería ser un miembro inofensivo e insignificante del cuerpo humano, casi un simple apéndice al final de cada mano. No le hemos dado su debida importancia y tan es así, que la flamante Constitución de Montecristi no le dedica un párrafo siquiera. Creo que es un error ya que ha cobrado trascendencia en el léxico penal ecuatoriano y ya amerita legislar debidamente. Que se apure el Corcho a tapar la botella que abre el Soberano cada fin de semana.

Irma Parra en Riobamba y Pepe Torres en Buenos Aires levantaron su dedo medio. Irma está acusada penalmente por injuriar al Presidente, y Pepe seguramente merecerá un ascenso en el ministerio de Cultura donde dicen que trabaja. A Irma el mismo Soberano rodeado de su guardia pretoriana, la sentenció expeditivamente a grito tendido, y luego en su cadena sabatina le hizo un striptease de sus pecados veniales y mortales. ¡Qué expeditiva es la justicia ecuatoriana! Con Pepe sucederá algo contrastante. Pese a que todos lo hemos visto retratado con su grueso dedo medio levantado delante de los libros exhibidos en el pabellón ecuatoriano durante la feria cultural argentina, no fue tomado en cuenta durante la cadena sabatina. ¿Porqué tratamiento tan distinto en el manejo jurídico del dedo, que en un caso merece un castigo y en otro posiblemente promete un premio? Al parecer hay dedos y dedos, y esto hay que remediarlo para poder proclamar a los cuatro vientos que los dedos ya son de todos igualitariamente.

El alcalde Jaime Nebot

No se puede ser extremadamente inteligente y vivir a cuenta de ello intentando pasar desapercibido con semejante carga política adversa, haciéndose el tonto frente a miles de ojos que están pendientes de lo que un líder resuelva. Si lo hace, deja de ser líder. El que Nebot sea tan inteligente no significa que todos sus seguidores sean necesariamente tan cojudos. Creo que ahí resumo mi pensamiento sobre la encrucijada que se le presenta a este personaje cuando las circunstancias le están siendo tan difíciles de sortear sin asumir los altos riesgos que una lucha frontal pero desigual implica.

Nebot está casi tres décadas en la cúspide y en la cresta de la ola. Es difícil mantenerse allí, más aún cuando parece que esta vez se trata de un tsunami generacional el que sacude la tranquilidad de este país ya de por sí congénita y políticamente caótico. Muchos reclaman al Alcalde de Guayaquil que se ponga al frente de una contienda electoral elaborada en desigualdad de condiciones y de forma tan apañada y camuflada en cuanto a la perversidad que encierra. No se trata de una Consulta Popular simplemente para saber si nos gusta o no los toros, los gallos, sino lo que se amarra en la oscuridad de la media noche. Se está apostando a la perpetuación en el poder omnímodo de un solo ser humano dispuesto a morir en el empeño, y no como otros que sólo lo dijeron. Nebot lo entiende, y prefiere esperar que la ruleta de la suerte le favorezca para no declarar una guerra perdida. Luchando a veces se gana, sin luchar siempre se pierde.

Soberanía y Wikileaks

Debemos asumir, antes que nada, que WikiLeak ha logrado su objetivo de alborotar al mundo simplemente haciendo gotear verdades que obtenidas de documentos filtrados o fugados de los archivos oficiales del país más poderoso del planeta, tratan sobre asuntos sensibles o delicados políticamente hablando.

Julián Assange se ha apoderado de más de un millón de documentos, que sin ser propiamente secretos de Estado, por ser confidenciales, se convierten en noticia porque se usan a medios de comunicación para difundirlos dosificadamente. De esta manera se causan estragos y resonancia para poder comercializar mejor la venta de su ingenioso producto. Es sugestivo que diario El Universo haya accedido a esa información tan oportunamente. ¡Bien por ellos! El periodismo está de plácemes, mas no los políticos quienes se sentían a buen resguardo bajo el manto de las reglas del mundo diplomático y de la dualidad o doblez del lenguaje político.

Las Preguntas Olvidadas

Cuando inicié este blog imaginé centrarme en temas trascendentes, en las intimidades del alma, en la serenidad que traen los años, en la existencia del tiempo y del espacio frente al concepto del infinito, o descifrar si la estupidez humana realmente tiene tope.

Pero heme aquí atrancado con el eterno tema coyuntural de Rafael Correa quien me ha vuelto adicto a relevar y rebelarme contra su adicción al poder, y contra los abusos derivados de la complejidad de su ego. ¡Dios mío ayúdame! Necesito salir de este drama porque realmente estoy cayendo en un blog lleno de basuras mentales, porque me centrifugo en la basura, y sin quererlo me convierto en parte de ella.

En estas circunstancias descendí en mi autoestima y me puse en el supuesto no consentido de que yo era el Presidente, o al menos Alexis Mera, y me tocaba redactar a mí las preguntas sometidas al llamado soberano y me refiero al pueblo y no a quien nos gobierna y quien ahora nos somete y azota con preguntas. Para evitar confusiones escribiré Soberano con mayúscula cuando me refiera a Rafael Correa, y soberano con minúscula, cuando me refiera al pueblo. Tal como se han dado las cosas creo que gramáticamente esto sería lo correcto.

SI o NO

No me gusta el NO. Suena feo, restrictivo, aburrido. El SI tiene su dosis de aventura, de divertido y de optimismo. Posiblemente viviríamos mejor aprendiendo a decir SI a toda nueva oportunidad que se nos brinde, a toda invitación que se nos haga, a cada apetencia que nos de la vida. Quienes acumulan más SI durante su existencia seguramente la habrán pasado mejor, habrán sido más intensos y experimentado más sabores que aquellos que tuvieron el NO en la punta de la lengua. Claro que el NO se identifica mejor con la prudencia y suele repeler las tentaciones que nos atacan con tanta furia y menuda frecuencia. Digámoslo en sencillo, el SI es la sal de la vida, su condimento y su picante, mientras el NO equivale al estar a dieta. Más saludable aunque aburrido y monótono.

Repasando mi biografía que la estoy redactando lentamente como para evitar terminarla, he comenzado hacer el inventario, y creo que los NO vencen con la largura. Una pena me he dicho. Hubiese querido que al menos se produjera un mejor equilibrio.

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