La revolución ciudadana 2
Revolución, desafortunadamente, se define en su segunda acepción, tan sólo como el cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación, no implica lo que debe indicar: un cambio positivo, hacia el bien.
Toda revolución tiene sus pros y sus contras, pero el criterio que debe primar siempre en los gestores de una revolución, es el de cambiar para el bien las cosas que se han estado haciendo mal. Cuando se pierde ese norte, la revolución se convierte simplemente en un revolver las cosas para que, salga pato o gallareta, se cambien las estructuras y lograr el bien sólo de los que suben arriba.
No creo que éste último sea el criterio con el que se ha iniciado el cambio indicado por el slogan: “La revolución ciudadana está en marcha”. Sólo la gente mediocre puede pretender un cambio de estructuras sin tener un fin bueno definido…