¡Me siento como un cañón!
He recibido estos versos, que me parecen geniales y me permito pasarlos a nuestros lectores de «Desde mi trinchera» Me siento como un cañón Gerardo Alegría Bazán “La edad sólo es importante […]
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Las necesidades básicas dependen en gran parte del estrato social al que se pertenece. Para el pobre son las básicas elementales: Alimentación, techo, ropa, salud, e hilando más fino, movilización, educación y empleo.
Para la clase media, hay que añadir lo que se requiere para vivir en sociedad: productos básicos de limpieza, del cuidado y aseo de piel y cabello, algo de esparcimiento, algo particular para movilizarse, etc.
La clase alta, para sentirse bien necesita además ciertas cosas que pueden parecer superfluas, como viajes ocasionales, perfumes, bebidas alcohólicas, algunas cosas de lujo y lógicamente en las necesidades básicas de las otras dos clases sociales, que los productos sean de marca.
Acabamos de pasar por un acto terrorista impresionante: Un grupo de fanáticos musulmanes, fuertemente armado, entra a las Oficinas de un semanario francés y asesina a todos los que estaban laborando. Ya había antes amenazado con hacerlo, pero el dueño del diario decía que él no tenía recelo de que lo maten, porque no tenía familia.
Todo acto de terrorismo es totalmente injustificado entre seres pensantes. Ni entre animales existe el matar por el placer de hacerlo. No hay nada que pueda justificar una acción violenta. Este tipo de terrorismo debe ser eliminado del planeta.
Aclarando que nada puede justificar este tipo de acción, quiero analizar otro terrorismo que desgraciadamente impera en el mundo y que en sus grados menores, es muy común desde la escuela, lo que conocemos como bulliyng, que es el abuso del más poderoso sobre otro o sobre otros. El que tiene el poder abusa de los demás, y muchas veces no es necesario ni siquiera tener el poder, sino la osadía de hacerlo. El caso típico del matón del barrio.
Durante mis años de adolescencia pensaba, como muchos de los de mi época, que era necesaria una revolución, un cambio de estructuras para corregir las injusticias. Con el pasar del tiempo, fui asimilando la realidad: El ser humano está enfrascado en sí mismo. Le interesa el cambio para su propio beneficio. Una vez que logra lo que desea, su afán revolucionario se vuelve en un continuar en la parte alta, recibiendo beneficios de su posición. Una muy digna excepción a este análisis, es el actual Presidente del Uruguay quien, luego de haber sido guerrillero, alcanzó la Presidencia de su país y ha demostrado, con su forma de vida y de Gobernar, ser un hombre de altísimas cualidades morales, sin ambiciones ni egoísmos, dispuesto a dar todo por el bien de su Patria.