El Poder
Es indudable que cuando una persona ostenta el poder y sabe que en cualquier pleito tiene las de ganar, ya sea porque la verdad lo asiste, porque la ley está de su lado, o porque tiene el poder para imponer su punto de vista, cobra fuerzas e impone su voluntad y apabulla al adversario. Lo hemos visto infinidad de veces a lo largo de la historia. Lo que pasó con nuestro Amazonas, del cual ahora sólo conservamos el nombre es un ejemplo de ello. Una mala maniobra política en 1897, al sacar a los Jesuitas que instruían, ayudaban e inscribían a los indios marginados que vivían en zonas aledañas a las fronteras, dio paso a que tanto Perú como Colombia tomen fuerza en la región y luego arreglos diplomáticos o guerras cercenaron nuestro territorio.
Da tristeza ver cómo ahora estamos quedando ante el mundo con las polémicas desatadas tanto por la sanción al Universo, por el silenciamiento de la prensa, por la impavidez ante la devolución de las espadas de Alfaro y la desfachatez del grupo de ¿personas? que se apropiaron de lo que no les pertenecía y que ahora son parte del Gobierno sin que nadie los haya sancionado ni hayan devuelto lo robado y luego, pese a que es sabido por todos que esas espadas pertenecen al Mueso de Guayaquil, no les sean devueltas, como corresponde a la gente de honor.