La libertad
Es indudable que una cantidad apreciable de gente prefiere no hacer el esfuerzo de pensar y que le “den pensando”, busca mantenerse en un status de sobrevida marginal y si le dan algo, con eso se contentan y prefieren recibir sin hacer el esfuerzo, pues lo que reciben ya les permite mantenerse, marginados, pero sobreviviendo, lo que yo llamo vegetar, pues al igual que las plantas, no se mueven de donde están plantados y esperan que Dios les dé el agua y la tierra (el gobierno) su sustento.
Hay sin embargo un grupo muy importante, mayoritario, de gente que quiere progresar, que quiere desarrollarse, que ha sido educada y ha aprendido a vivir en libertad, no plantados en el mismo sitio, gente que prefiere la libertad para pensar y decidir por sí misma que es lo que prefiere hacer, que le gusta hacer el esfuerzo por mejorar, por progresar, por lograr que sus hijos se desarrollen y lleguen mucho más alto de lo que ellos pudieron lograr, no por palancas partidistas o de amistades, sino por mérito propio, porque el hombre que sube aupado por palancas de cualquier tipo, deberá a la fuerza ser “mareísta”, es decir como el palo de balsa, mantenerse a flote al ritmo de la marea y buscar con tino a quien arrimarse para seguir arriba.