El hombre
Todo animal es egoísta y el hombre no es una excepción.
Todo animal es cruel y mucho más cruel con los otros de su misma especie. Si vemos para atrás en la historia, debemos reconocer que sí se han logrado avances importantes en relación a la forma como actuaba el ser humano en siglos anteriores.
Pensemos en la condena y muerte de Cristo. Fue juzgado y condenado injustamente. Se lo azota, se lo escupe, se lo insulta y se lo veja, se lo corona con espinas, se lo golpea y luego, sin ropa, se lo clava contra un madero en forma inmisericorde.
Sólo pensar en esa forma de tratar a un criminal, por más culpable que sea hace que sintamos escalofríos, peor aún cuando el mismo Juez declara que no encuentra en Él culpa alguna. La forma como se trataba a los esclavos en la antigüedad, a quienes se encadenaba a los remos así la nave se hunda y se los azotaba para que remen. El circo romano, echar a los esclavos o presos a los leones o a otros animales para divertir al pueblo, es más que un crimen, una aberración criminal. La vida de un hombre en esa época, sólo tenía valor si el hombre era alguien para los que convivían con él, porque aunque hubiera sido noble en su tierra, si era capturado, pasaba a ser esclavo y a ser tratado en la misma forma. La crueldad humana siguió.