24 noviembre, 2024

El hombre

Todo animal es egoísta y el hombre no es una excepción.

Todo animal es cruel y mucho más cruel con los otros de su misma especie. Si vemos para atrás en la historia, debemos reconocer que sí se han logrado avances importantes en relación a la forma como actuaba el ser humano en siglos anteriores.

Pensemos en la condena y muerte de Cristo. Fue juzgado y condenado injustamente. Se lo azota, se lo escupe, se lo insulta y se lo veja, se lo corona con espinas, se lo golpea y luego, sin ropa, se lo clava contra un madero en forma inmisericorde.

Sólo pensar en esa forma de tratar a un criminal, por más culpable que sea hace que sintamos escalofríos, peor aún cuando el mismo Juez declara que no encuentra en Él culpa alguna. La forma como se trataba a los esclavos en la antigüedad, a quienes se encadenaba a los remos así la nave se hunda y se los azotaba para que remen. El circo romano, echar a los esclavos o presos a los leones o a otros animales para divertir al pueblo, es más que un crimen, una aberración criminal. La vida de un hombre en esa época, sólo tenía valor si el hombre era alguien para los que convivían con él, porque aunque hubiera sido noble en su tierra, si era capturado, pasaba a ser esclavo y a ser tratado en la misma forma. La crueldad humana siguió.

La megalomanía

Hay un dicho común, que creo que todos lo hemos escuchado alguna vez que habla sobre el creerse más de lo que se es, que dice que el mejor negocio que se puede realizar en el mundo, es comprar un argentino en lo que realmente vale y venderlo inmediatamente en lo que él cree que vale. Este dicho no es contra los argentinos, que en su gran mayoría no son así, se refiere a la autovaloración exagerada del individuo, que ocurre en muchos y se proyecta más allá de lo imaginable o de lo lógico.

Esta forma de delirio de grandeza parece estarse extendiendo en forma alarmante en un país pequeño como es el nuestro. Estamos llegando al otro extremo indeseado de la campana, y todo extremo es malo. Ahora toda persona que se siente o cree ser ofendida por otro, se cree con derecho a demandar por millones de dólares en un país en el que muy pocos habitantes llegan a tener esa cantidad de dinero. Nos dejamos deslumbrar por los sueldos de los deportistas, de los artistas y de la gente de farándula para hablar de demandas por valores tan absurdos como los que se pide.

La revolución y el trabajo

Una de las incongruencias más graves que tiene la revolución ciudadana con las religiones cristianas, está dada por el problema del trabajo.

San Pablo, en sus epístolas, insiste en la necesidad que tiene el hombre de trabajar, de buscar su sustento por medio del trabajo. Llega incluso a repetir varias veces en forma drástica: “El que no trabaja, que no coma.”, para insistir en la necesidad de cumplir con el mandato del Génesis: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”.

De acuerdo con este mandato, lo que la revolución ciudadana debe tener como prioridad número uno es la creación de empleo, pues el hombre necesita, no sólo para poder subsistir, sino para desarrollarse como ser humano, trabajar, cumplir con la sacra voluntad de moverse en busca de algo positivo para su vida.

Por qué libertad de opinión

La libertad de opinión, la libertad de prensa, la libertad en general, va ligada necesariamente con la democracia. La libertad de opinión, de expresar mi congratulación o mi rechazo a cualquier plan o acción de Gobierno es imperativa.
Todos los ciudadanos, no sólo la mayoría, tienen derecho a expresar su agrado o su desagrado, su aceptación o su rechazo y explicar los motivos por los que se está de acuerdo o en desacuerdo con la forma en que se dirige un país.

Si toda voz en contra es callada, si todo el que esté en desacuerdo debe temer por su vida, su libertad o su sustento, no se está viviendo una democracia, se está viviendo un totalitarismo, una dictadura que mira por sus propios intereses, no por los del pueblo al que dice proteger.

¿Qué daño puede hacer a un Gobierno que hace bien las cosas, que haya personas que se opongan a lo que hace? ¿En qué perjudica a un Gobierno de manos limpias que haya gente que los acuse, si sabe que todo lo que hace está bien hecho y puede probarlo? En todo Gobierno hay aprovechados que quieren sacar ventaja de su amistad con tal o cual funcionario o autoridad, pero si mi Gobierno es honrado y yo soy una persona honesta, estaré muy contento de que se lo haya descubierto y que reciba la pena que se merece.

El abuso del poder… y el de los poderosos

Vale la pena advertir al Presidente de algo que creo que ni él se lo ha sospechado. Ya suficiente abuso ha sido el elevar el valor del kilovatio/hora luego de cierto nivel, sobre todo si la energía eléctrica no está subsidiada, como ocurre actualmente.

Ahora aparte de esto encontramos algo con lo que no contábamos. Un amigo me ha contado con papeles su vía crucis. Luego de consumos mensuales de aproximadamente mil dólares, el mes de julio su consumo bajó a doscientos dólares. Cuando fue a averiguar por su planilla del mes de agosto, le entregaron la pre-factura por diez mil doscientos dólares, lo que casi le provoca un infarto.

Los juicios

Me preocupa la ola de demandas que se está desatando. Todos se creen con derecho a pensarse injuriados y demandar. La camarera de Hotel que acusa al ex Director del FMI, Strauss-Kahn, se ve una mujer fornida y dudo mucho que alguien así haya sido forzada a tener sexo oral.

Ya no es necesario ni siquiera parecer honesto. Lo que se busca es desacreditar al que nos acusa, diciendo que es pillo, que es corrupto, o se lo silencia con juicios o con amenazas, y más si se tiene poder. En vez de atacar al denunciante o silenciarlo, se debe demostrar la propia inocencia.

Como lo dije en un artículo anterior en Desde mi Trinchera, en el escrito de Palacio, lo malo es el decirle dictador a cada rato, pero no se lo puede acusar por ello, porque eso puede ser una apreciación personal y de acuerdo con la Constitución hay libertad de pensamiento y libertad de opinión.

¿Cuánto vale un hombre?

De acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia y con la razón natural, todos los hombres somos iguales, somos dignos y coherederos en la misma proporción del reino de Dios. Esto lo tenemos simplemente por el hecho de haber nacido. No hay ni ha existido ningún otro requisito que otorgue una diferencia entre los seres humanos. En nuestra Constitución, esto se ratifica, pues se insiste en toda ella en la igualdad. Valgo tanto como el pordiosero, el millonario, el discapacitado, el drogadicto, el rey, el hombre más virtuoso o cualquier otra persona. Esto es una verdad que no tiene ni puede tener ninguna excepción.

Ahora bien, ¿Cuál es el valor de un ser humano? De acuerdo al SOAT, una persona vale cinco mil dólares; de acuerdo a la ciudadanía, no vale un centavo, pues uno puede ser asesinado por alguien que desea sus zapatos o por alguien que quiere robar donde yo estoy cuidando; de acuerdo con el Presidente de la República, el precio solamente de la honra, no de todo el ser humano, se encuentra entre seiscientos mil y cuatrocientos millones de dólares.

Otra victoria pírrica

El Gobierno ha logrado otra pírrica victoria. Eliminó primero los comentarios de Ecuavisa, luego los de Teleamazonas, dictó leyes que limitan la posesión de acciones en medios de comunicación y por último, silencia a diario El Universo. Se dice victoria pírrica de la que se consigue con muchas pérdidas en el bando teóricamente vencedor. El nombre proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos, en la que perdieron la vida miles de sus hombres. Se dice que Pirro, al contemplar el resultado de la batalla, dijo: “Otra victoria como ésta y volveré solo a casa.”

Aparentemente el Gobierno sigue silenciando a la prensa. Lograr que la única voz que se escuche sea la oficial, si bien es cierto que silenciar a la oposición puede permitir a ciertas autoridades tener patente de corso, es decir, poder cometer incorrecciones como la de comer cheques sin que nadie se entere, no es menos cierto que sólo un pillo consumado puede querer eso para su patria y no creo que ese sea el deseo de quienes nos gobiernan.

¿Cuál es el mensaje?

Realmente no entiendo el mensaje que nos da nuestro Presidente. Por un lado nos habla de la Revolución ciudadana, de los cambios que hay que hacer y que los va imponiendo a fin de lograr la igualdad en los ecuatorianos. Nos habla del derecho de todos, de la necesidad ayudar a los pobres, de los bonos y de los impuestos necesarios para la igualdad, y por otro nos dice que al terminar su período se irá con su familia a vivir a Bélgica para satisfacer a su esposa (que en verdad lo merece) y saca dinero del Ecuador para comprar un Departamento en Bélgica y para tener una cuenta corriente en el exterior, para poder asegurar su sustento cuando viva por esos lares.

Todo esto me parece muy bien en un ciudadano belga como él, ya que al estar casado con una belga, tiene todo el derecho a tener la ciudadanía belga, pero no para un ecuatoriano y peor para el Presidente de la República, pues puede crear la sensación de que está dejando el país desbaratado y luego… ¡muy bien, gracias! ¡Adiós! Yo voy a disfrutar a otro país con mi familia, viviendo bien. Ustedes vean como enderezan lo que yo dejé torcido.

Siempre habrá inconformes

Tenemos que aceptarlo. Sólo los borregos siguen sin cuestionar a su líder. El hombre pensante siempre cuestiona lo que oye, reflexiona y puede proponer cambios o aceptar lo que se le propone. Como decía Descartes: “Pienso, luego existo”, la racionalidad del hombre se demuestra por la capacidad de razonar (pensar) y como consecuencia lógica, por disentir cuando no se está de acuerdo con lo planteado.

El cuestionamiento a las decisiones gubernamentales es y debe ser la regla. Es imposible que catorce millones de personas puedan estar de acuerdo en algo, y peor en todo. Disentir no es estar en contra o ser enemigo. Es simplemente pensar diferente. Si todos pensáramos igual, el mundo no avanzaría como ha avanzado en los últimos 150 años. La diversidad de criterios, la diferencia de opinión, es la que ha permitido el desarrollo del mundo. Hace 150 años, nos alumbrábamos con velas, no se pensaba siquiera que el hombre pudiera viajar y transportarse por aire, que nos pudiéramos mover con tanta rapidez, que podemos viajar de Quito a Guayaquil en 6 horas en vez de 2 a 4 días, a París en 12 horas en vez de 4 meses, que nos pudiéramos comunicar en forma inmediata por todo el mundo, con voz y desde cualquier parte en que estemos, que tuviéramos televisión, que pudiéramos ver en vivo y en directo en el mismos momento, desde nuestra cama la final del campeonato mundial de fútbol que se juega en Sudáfrica y miles y miles de inventos más.

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