Incongruencias 30-S
Es una vergüenza nacional el vejamen sufrido por nuestro Presidente. Ningún justificativo puede haber para la agresión física a la más alta autoridad del país. La agresión contra él es agresión contra todos los ecuatorianos que aman a su país.
Es indudable que el Presidente nunca estuvo secuestrado por los policías. Estuvo refugiado con toda su guardia de seguridad en el Hospital de la Policía Militar. Secuestrado estuvo León Febres Cordero, quien estuvo en manos de sus captores, de quienes dependía su vida y la de sus acompañantes. Rafael recibió a tres delegaciones de Policías, a quienes podía recibir o no. Tampoco pudo ser verdad que hubo un intento de golpe de Estado. La gran mayoría de los ecuatorianos no queremos que se derroque al Presidente, queremos que termine su período y que se mantenga la democracia en nuestro país.