El cuento del gallo pelón
Parece el cuento del gallo pelón. Todos los años el Gobierno de turno declara emergencias en el litoral en el invierno y prometen obras para prevenir estos desastres, y al año siguiente, con las primeras gotas de agua, comenzamos otra vez el cuento.
La revolución ciudadana hizo algo diferente. Se creó el Ministerio del Litoral. Los escépticos ciudadanos, pese al crecimiento de la carga burocrática del Estado, al que parece sobrarle dinero para sus partidarios, consideramos que si el nuevo ente gubernamental iba a servir para solucionar el problema de los inviernos, valía la pena darle el beneficio de la duda y ver el programa de obras de infraestructura (muros, canales, etc.) y de limpieza (dragados, limpieza y afianzamiento de orillas, etc.) que se iban a realizar. Desafortunadamente, la creación del Ministerio parece que fue sólo para justificar el sueldo de un colaborador mientras se lo podía ubicar en otro Ministerio y no para defender a la costa ecuatoriana. Ahora el Ministerio del Litoral, así como las responsabilidades del trabajo no efectuado por el mismo, ya no existen y la costa vuelve al mismo cuento del que hablamos al inicio.