21 noviembre, 2024

Escudos y banderas de Guayaquil.

Adjunto el escrito de “Escudos y Banderas de Guayaquil”, escrito por mi abuelo Gabriel Pino Roca, erudito e historiador que además hablaba y escribía correctamente 8 idiomas, entre otros japonés, alemán, francés

Escritor e Historiador; Tradicionista; Jefe Político de Guayaquil y Consejero provincial; Periodista y fundador de la revista “La ilustración”; Socio Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia de Colombia; Socio de American Academy of Political and Social Siemce de Filadelfia; Diputado Suplente por la Provincia del Guayas; Transcriptor Oficial de las Antiguas Actas del Cabildo; Socio Correspondiente de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos.

Escribió además de Leyendas; Tradiciones y Paginas de la Historia de Guayaquil, Fundamentos de la Historia del Ecuador, y muchas obras muy bien documentadas.

Olmedo, Guayaquil y su Aurora Gloriosa – Parte V

GUAYAQUIL, CIUDAD, PUERTO Y ASTILLERO; además, Provincia de Guayaquil, desde siempre y hasta siempre, desde la Colonia, en la Independencia, y en la República. La Provincia de Guayaquil y sus hijos, siempre han conservado su personalidad, su identidad, su nacionalidad. Características de la provincia de Guayaquil, son su independencia, libertad, generosidad y lealtad. Pero también siempre la Provincia de Guayaquil, ha sido perseguida y pretendida por el fenómeno del “CENTRALISMO”, tanto en la época de la Colonia: España; como en los albores de la independencia: Colombia y Perú; como en la República: De cualquier manera, se trata de opacar su brillo, ora cambiando el nombre de la provincia de Guayaquil, ora dividiéndola, o continuar desmembrando sus territorios, ora manipulando su historia, y restándole importancia al Padre de la Patria, al estratega político, demócrata ilustre, prócer y poeta, de la ciudad, de la provincia, del estado, y de América, José Joaquín de Olmedo.

Ya es hora que la República del Ecuador, reconozca y ensalce la gloria del PRIMER ECUATORIANO que legítimamente gobernó un jirón del territorio nacional independizado.

Olmedo, Guayaquil y su Aurora Gloriosa – Parte IV

No volvió a flamear en Guayaquil, el emblema NACIONAL, poco a poco, fue perdiéndose su recuerdo; sólo quedó en la mente de los viejos patriotas del año 20, que compartieron el pensamiento de Olmedo, de que, bajo sus pliegues, se amparasen los pueblos todos de la Audiencia de Quito, y por qué no, todos los pueblos libres de Hispanoamérica.

Fue por decreto oficial legalmente expedido el 2 de junio de 1822, que la Junta de Gobierno de Guayaquil, sustituyó la invicta e inmortal bandera por un pabellón blanco, su primer cuarto superior azul, y una estrella en el centro, cuando la lucha por la libertad de la Provincia de Guayaquil había terminado, venciendo en los campos de batalla, hasta las faldas del Pichincha el 24 de Mayo de 1822, para que el gloriosos pabellón azul-celeste y blanco de cinco franjas horizontales y tres estrellas, no presenciase la pérdida de la autonomía de la Provincia Libre de Guayaquil Independiente, convertida en territorio colombiano por Bolivar, con el uso de la fuerza, un 13 de julio de 1822, cuyo primer fúnebre aniversario conmemoraron dolorosamente el 13 de julio de 1823, al decir de Wilfrido Loor.

Olmedo, Guayaquil y su Aurora Gloriosa – Parte III

A José Joaquín de Olmedo lo analizan desde dos enfoques diferentes, el que lo considera como Prócer de su Patria ecuatoriana y el que ve en él, al Hombre de América. A su Patria pertenece como el primer ecuatoriano que legítimamente gobernó un jirón del territorio nacional independizado, al decir del padre Aurelio Espinoza Polit S.J. y; a América por haber sido su voz un eco decisivo, en la vida de las naciones que luchaban por su independencia, dueñas en delante de su autonomía soberana y de su porvenir.

El Libertador era un hombre de armas por convicción y para él, la fuerza debía ir adelante, para luego hablar de leyes y de paz. Rocafuerte por el contrario, era “anti-militar” encarnizado. También diferían los dos en las formas de gobierno. Bolívar quería reducir las colonias emancipadas, en una sola república en la cual él mismo fuese su presidente vitalicio, por el contrario, Vicente Rocafuerte era el “federalista más rabioso” que el Libertador había conocido.

Olmedo, Guayaquil y su Aurora Gloriosa – Parte II

El Acta del Cabildo da fe que se nombró como Jefe Político al señor doctor José Joaquín de Olmedo, por voluntad del pueblo y de las tropas, y que Olmedo prestó “el juramento de ser independiente, fiel a su Patria, defenderla y coadyuvar con todo ello que encierre a su prosperidad”. Este juramento lo cumplió mientras duró el mando, haciendo frente con denodada entereza al mismo Bolívar. Pero el problema más arduo y que más sinsabores le iba a causar, era la presión de la anexión de Guayaquil, por Bolívar y San Martín, a una de las dos grandes nacionalidades que le rodeaban. ¿República Independiente?, ¿República Equinoccial con Quito?, ¿anexión al Perú o anexión a Colombia? Olmedo, siempre fiel a su juramento, prefirió mantener la independencia de Guayaquil, y jamás se inclinó hacia ninguna fuerza, ora colombiana, ora peruana.

Olmedo, Guayaquil y su Aurora Gloriosa – Parte I

José Joaquín de Olmedo y Maruri nació el 20 de marzo de 1780, hijo del capitán español Miguel Olmedo y Troyano, y de la guayaquileña Ana Francisca de Maruri y Salvarría. Estudio en Quito, en el Convictorio de San Fernando, donde aprendió Latinidad y Gramática Española. En 1794, parte a Lima para continuar sus estudios donde realiza toda su preparación académica. Después de dejar el Colegio San Carlos en 1799, ingresó a la Universidad de San Marcos de Lima, donde estudió Filosofía y Matemáticas. El 15 de junio de 1805 obtuvo el doctorado en Jurisprudencia y el 6 de noviembre, alcanzó el de Derecho Civil. Olmedo fue amigo de Vicente Rocafuerte desde la infancia, éste había nacido el 1 de mayo de 1783, desde jóvenes coincidieron en ideales políticos. Simón Bolívar Palacios, con quien ellos tendrían fuertes diferencias había nació en Caracas, el 24 de julio de 1783. Es decir, todos tres, tenían similar edad.

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