20 abril, 2025

La mala educación

¡Atrevida! ¡Atrevida! ¡Atrevida! Gritaba al son de su berrinche una jovencita
de unos 16 o 18 años de edad, al lado de su amiga, y en medio de un grupo
de gente que la miraba, asombrados todos ante los gritos desproporcionados
que la joven me dirigía en medio de la playa.

La historia comienza así: Llegué a la playa junto a mi esposo y tres de mis
cuatro hijos. Estaba dispuesta a poner toalla y pareo sobre la arena para
tomar sol; pero, mi hija menor se empeñó en que mejor tome sol acostada
sobre una perezosa, (de esas sillas para tomar sol). En el club a donde nos
encontrábamos y del cual somos de los socios más antiguos, hay ese servicio
de sillas y carpas para los socios y visitantes. Junto a una de las varias carpas
del lugar, había una de aquellas sillas, desocupada. En realidad con un
envase plástico, semi vacío, de un bronceador. Mi hija lo cogió y me dijo: se
parece al tuyo. Pero no es el mío, le respondí, así que déjalo a donde estaba.
Ella me dijo, ¿y si lo pongo encima de esa mesa y así llevas la silla para tomar
sol? Está bien, le respondí. Creyendo que alguien había dejado el frasco semi-
vacío porque ya no era de mayor utilidad. Por lo demás, carpa y sillas estaban
sin nada ni nadie. Es una opción que en esas circunstancias, algún socio o
visitante llegue y utilice la carpa y las sillas.

El diario

Hacer un diario espiritual es una de las principales
recomendaciones que recibe cualquier aspirante que desee
enriquecer su vida espiritual. Y es un punto que vale la pena
considerar en esta época en la cual lo material prevalece, aunque
lastimosamente, lo sabemos por experiencia, no perdura. Se
termina.

Por todos los lados y de todas las maneras posibles trabajamos,
luchamos arduamente por fortalecer nuestros recursos materiales.
El dinero y el poder, los bienes terrenales y hasta el conocimiento
sirven para aquello. Más y más. Un día se acaba. Y ese día, cuando
todo se acaba, lo material no sirvió para nada. La seguridad de estar
vivos solo la da la vida misma. Y después, cuando la vida se termina,
solo queda el espíritu. Pero ahí es a donde menos aportamos.

¿Para qué sirve un diario espiritual? Pues para muchas cosas, sobre
todo para darnos cuenta de que somos más que esta pasajera
envoltura. En él, debemos anotarlo todo, funciona, según dicen
los que recomiendan esto, como una especie de confesionario
privado, a donde debe anotarse absolutamente todo lo que
sentimos, pensamos, hacemos y dejamos de hacer. Lo que es
bueno y lo que no. Es como irnos descomponiendo día a día en las
partes de un rompecabezas, que somos nosotros mismos. Sacar un
balance. Tener las cuentas claras. Parece que es muy productivo,

Quisiera ser un pez

Recuerdo a la academia de natación Ferretti, ubicada en plena Víctor Emilio Estrada, avenida
principal de la Urbanización del Salado (Urdesa). Ambas en pleno apogeo en esa época, academia,
y, urbanización. Habré tenido seis o siete años cuando iba con mi abuela, quien me acompañaba
a las clases para aprender a nadar. El problema de entonces se resume en que yo era una niña
muy llorona y miedosa, y mi abuela me complacía demasiado. Si yo lloraba, se acababa la clase.
En conclusión, no recuerdo si aprendí a nadar, pienso que no, porque de mayor, nunca lo he
intentado, hasta ahora.

Mi mamá hizo algunos esfuerzos fallidos para enseñarme a nadar, en mar abierto. Un mar por
demás agresivo, con gigantescas olas, el mar de Esmeraldas. Pero ahí quedo su esfuerzo, sin
resultados. No entiendo, ahora, porque siendo ella mi mamá no se encargó de “sacar” a mi
abuela de la academia y dejarme a mí, sola con mi miedo, mi llanto y el profesor. Así, seguro,
hubiera aprendido a nadar hace años. Eso es lo que yo hice con cada uno de mis hijos. Y he tenido
excelentes resultados.

¡Un pisco por el amor!

“La celebración del “día del pisco” para los peruanos, es como conmemorar
un segundo día nacional, pero para mí, es además la celebración de un
motivo muy personal. Acostumbraba a preparar pisco y brindarlo en las
reuniones que hacía con mis amigos, y justamente en una reunión en mi
casa, estaba la que ahora es mi esposa. Se encontraba entre los invitados, y
obviamente, le brindé un pisco… y desde ese momento, es la persona más
importante de mi vida”.

El párrafo anterior está entre comillas, pero no es textual. Es un intento de
reproducción de las bellas y románticas palabras que pronunció el actual
Cónsul General del Perú en Guayaquil, Carlos Briceño, con motivo de la
celebración del día del pisco, en el conocido restaurante, La Alameda de
Chabuca.

¡Un pisco por el amor!

¡Su corazón siempre te habla!

Aunque no escuches porque el ruido de la vida ahoga Su voz, aunque permanezcas sordo
al sonido universal de Su existencia, aunque creas que estás solo en el silencio doloroso
que a veces es la vida, no es así, Su corazón siempre te habla.

Al despertar, en el susurro de la luz del día, al atardecer, en el sonido de la naturaleza, en
la noche, en el murmullo de la oscuridad, Su voz dice algo para ti.

¡Mantente atento! Su corazón siempre te habla.

El ataque de los grillos asesinos

Un día cualquiera, una persona cualquiera nace, y empieza a vivir en este
mundo complicado. Esa persona deber adaptarse al medio y hacer las cosas
tal cual, el promedio de la gente hace las cosas. Comer, dormir, las primeras
palabras…gatear, caminar, y luego, llega la hora de salir de casa, ¡para ir al
colegio!

Y de ahí sin parar, casi desde los dos años se destina a la pequeña persona
a una carrera sin fin. Estimulación temprana, maternal, pre kínder, kínder,
preparatoria, primaria, secundaria, universidad, diplomados, maestrías,
especializaciones varias, idiomas, arte, cultura, (…) Dentro de todo ese
historial de aprendizaje se va desarrollando la verdadera vida, pero tomando
la forma de un personaje secundario. Porque la verdadera vida no es lo que
hacemos mientras vivimos, sino lo que sentimos viviendo, hagamos lo que
hagamos.

Mi viejo tambor…

Hice un cálculo del tiempo que demoré preparando la “cena de Navidad”.
Cinco horas aproximadamente fueron las que utilicé el jueves (20), previo
al 24 de diciembre, que este año cayó lunes. La cena consistió en “pavo a la
inglesa”, arroz con choclo y queso, ensalada rusa de frutas y Christmas cake.
Lo que se acompañó con un refrescante jugo de naranjilla. Y el clásico brindis
con champán.

Obviamente, los expertos en cocina sabrán que, al menos el pavo y el cake
debieron ser adobados con anticipación de, mínimo, dos días.

El pavo previamente sacado el pellejo y las menudencias e inyectado con
champán y cerveza. Y, el christmas cake, con algunos de sus ingredientes
como las pasas y ciruelas pasas que tuvieron que dejarse macerando en vino
dulce y coñac, otro tanto de las mismas junto a las cereza fueron cocinadas
y se las dejó reposando cuarenta y ocho horas antes de iniciar la cocción del
cake.

¿Cómo se vuela más alto?

¿Cómo se vuela más alto? Seguro, con menor peso. Pero no es el peso físico
al que estamos acostumbrados a bajar o, al menos, a desear hacerlo. Es el
peso interior, el que debemos dejar en cero, hasta ser nada con la nada,
sencillamente, porque eso somos, (físicamente), nada.

Creo que sucede inclusive, desde antes de nacer. Nos llenan de ese
peso interior; al nacer y luego al ir creciendo, cada uno se encarga de
aumentarlo. Nos sobrecargamos de emociones, ideas, pensamientos,
deseos, insatisfacciones, reproches, recuerdos. En resumen, no vivimos, nos
saturamos.

Recuerdo aquel pasaje del Evangelio, que nos calza bien a todos, cristianos
o no, creyentes o no. El pasaje del Joven Rico, como muchos lo hemos de
recordar. Se acercó el Joven Rico a Jesús, y le dijo, en pocas palabras, (no
literal), ¿Qué debo hacer para seguirte, para alcanzar la vida eterna? En
definitiva, ¿qué debo hacer para SER FELIZ?

¿Roca o Arena?

Saber sobre qué base construimos nuestra vida, es uno
de los puntos clave del éxito duradero. El esnobismo y la
novelería nos asientan sobre arena, que no garantiza estar
sujetos en épocas de lluvias o fuerte oleaje. Para sentir
que nos asentamos en bases firmes, debemos empezar por
revisar nuestras convicciones, nuestros valores, nuestros
proyectos, nuestros afectos, en fin, nuestra vida.

Pero el mundo nos atrapa en su ilusión constante, y no nos
queda tiempo para aquello. Llegamos a casa exhaustos,
luego de haber trabajado duro, farreado demasiado o tal
vez, luego de haber perdido el tiempo sin misericordia. Y
así se pasan los años, y así, se pasa la vida.

El hastío

Es el cansancio absoluto, la desolación, las ganas de no tener ganas, la
inexistencia de la felicidad.

El cansancio por una cosa que ya no llena, no satisface, no agrada. Hastío de
vivir o angustia. A veces sucede. Y si sucede, suele seguir y vives hastiado;
solo quieres descansar, porque todo te repele.

Hastío es una palabra que proviene del latín fastidium, y está vinculada a la
repugnancia por la comida; cuando se ha comido hasta el hastío, justamente,
y ya no se desea comer un bocado más. Aunque el término se refiere
también al tedio y al disgusto, es decir al aburrimiento o cansancio y a la falta
de gusto.

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