20 abril, 2025

La ola del mar… Recuerdos junto a Vera Schiller de Khon

“La ola del mar que cae y se funde. No ha pasado nada. Nosotros aparecemos y luego
desaparecemos, como la ola del mar. Es la ley de la no permanencia”. Vera Schiller de
Khon

Llegó al Ecuador en 1939.

Cuando la conocí personalmente en el año 2010, en el estudio de su casa en
la ciudad de Quito, una mezcla de temor y alegría palpitaba en mi corazón.
Acudí a ella luego de dos años de pensar en ir a verla, por sugerencia de una
amiga. Primero leí su libro sobre terapia iniciática, hacía el núcleo sagrado.
Leí también “Zen en el arte del tiro con arco”, libro que la inspiró y que
recomienda en su libro, del autor Eugen Herrigel.

Palabra Corta

“Papá, palabra corta de significado extenso lleno de alegrías y de muchos recuerdos de cuando era un niño, de cuando fui creciendo, y ahora que soy padre, ¡más te quiero viejo!”

Este texto, fragmento del poema de Magali Sauceda, de México, dice mucho sobre lo que significa ser papá. En un mundo en el cual se van perdiendo los valores y los auténticos significados vale recordar que es qué y cual es cual. Un papá es sin duda un ser humano de sexo masculino que aporta la mitad de la carga genética al ser que será su hijo, el cual deberá ser al menos portado durante aproximadamente nueve meses dentro del útero de una mamá, ser humano de sexo femenino, quien da a luz a los hijos, por parto natural o cesárea.

Los Niños

Cuando era niña solía jugar al “concurso de belleza” y también a “viajemos a Costa Rica”.

El concurso de belleza lo hacía vistiendo a mis muñecas, sobre todo a Mariquita y a Karyna, con los vestidos que mi abuela Carlota cosía para ellas. Las ponía a todas bien arregladitas, paradas, apoyadas en la pared y empezaba a discernir cuál sería la ganadora.

Viajemos a Costa Rica, lo jugaba con mis primos Rossella y Piero, cuando ellos venían de visita ya que vivían en Esmeraldas. Nos encerrábamos en el amplio closet que yo tenía para guardar los juguetes, ese era el avión. Y de ahí partíamos a Costa Rica. ¿Por qué Costa Rica? Porque ahí vivían nuestras tías, la tía Carmen y la tía Gloria, y tal vez por el deseo de ir a verlas no se nos ocurría otro destino. Pasábamos horas imaginando el viaje, “metidos en el avión”.

La Solicitud

“Ser solícito es recoger la basura de otras personas y ponerla en su lugar. Ser solícito es cubrir a tu amiga con tu abrigo en un día de frío. Cuando tiendes tu cama, cuando guardas tu ropa, cuando ayudas a plantar un árbol nuevo…”

Valores para la vida. Eso es lo nos falta, retomarlos, e incorporarlos a nuestro diario vivir.

Le pedí al señor que hace el mantenimiento de mi jardín que por favor riegue las plantas, que no tengo quien lo haga y ya no llueve. ¿Cómo?dijo él ¿Qué cosa? – Señorita- siguió- yo doy man-te-ni-mien-to del jardín, ¡no riego las plantas!

Un Violonchelo en Venecia

“Amor, habla más bajo” el tema musical de la película El Padrino, a donde Marlon Brando se
quedo para siempre en el recuerdo y Al Pacino en mi loca idea de bailar con él, un vals en Venecia.

Venecia tiene su encanto, y en mi un peculiar recuerdo. Era el año 2002, junto a mi hija Lidia
viajamos a Italia para asistir a la canonización del entonces beato Josemaría Escrivá de Balaguer,
sacerdote fundador del Opus Dei, de quien soy una agradecida devota.

Del viaje quedan muchas anécdotas, entre las más preciadas, haber estado muy cerca de Juan
Pablo II, quien pasó saludando desde el papa-móvil a los miles de fieles congregados en la Plaza
de San Pedro, el seis de octubre, día de la canonización. Roma era una fiesta. En la misma época,
se había realizado además la canonización del padre Pio. Las calles estaban atiborradas de gente.
Gente de muchas nacionalidades, inclusive de distintas religiones.

Nancy

Nació en una hacienda cercana al cantón Chone. Manaba machetera quien a los cinco años un veintitrés de marzo perdió al ser que mas la quería, su abuela María. A los nueve su mamá, mi abuela, quien no podía domar a este ser indomable la envió interna a Quito, al prestigioso colegio de Los Sagrados Corazones de Rumipamba. Un año entero su madre, mi abuela, no la vio. Quien se encargaba de llenar el arca del afecto filial era mi abuelo. Él fue por mucho tiempo madre y padre a la vez de esa niña rebelde, cuya mirada veo hoy, día tras día, reflejada en los ojos de la menor de mis hijas.

Una profunda mirada, siempre llena de incógnitas, invadida de amor.

La importancia de saber respirar: ¡clave para la salud!

Por lo general esperamos enfermarnos para empezar a preocuparnos por nuestra salud; por restaurar nuestra salud. Cuando lo ideal es ir creciendo cada día e ir aprendiendo a conocer nuestro cuerpo y su funcionamiento. La fisiología o funcionamiento del organismo no es algo que atañe solo a los médicos o a los científicos. Todos estamos llamados a conocernos, es la mejor manera de iniciar, si se quiere decir así, la prevención de futuras afectaciones a la salud.

Lo más importante dentro de nuestro funcionamiento orgánico es sin duda la respiración. Hay que respirar para poder vivir. Quien no respira, simplemente, está muerto. (No anda de parranda).

¡Abril…!

Decir Abril como decir Septiembre. Cualquier mes vale para recordar las cosas buenas que nos ha dado la vida. Decir Abril en nuestro país es decir además ¡lluvias mil! Y así fue hace muchos años, un trece de abril. Una noche bañada en un aguacero, una lluvia torrencial. Esa noche mi esposo y yo fuimos, pese al mal tiempo con buena cara, a casarnos en la capilla de la casa hogar, Amigos de Jesús. Con dos seminaristas por testigos y la cuidadora de los niños por madrina, nos prometimos ante Dios estar juntos en la pobreza y en la riqueza, en la enfermedad y en la salud, en las buenas y en las malas, (para acortar un poco) hasta que la muerte nos separe.

Abril, te extraño.

Educar: ¡más allá de la ortografía y de las matemáticas!

Desde niña tuve problemas con la concentración, porque desde niña he tenido una imaginación muy activa. Decía Santa Teresa que la imaginación es “la loca de la casa”. Si lo tomamos como una ecuación o algún tipo de problema algebraico el resultado es: Desde niña he estado loca.

Además recuerdo que no podía estar en un mismo lugar por mucho tiempo. Eso me pasó inclusive hasta en la secundaria. Más aún, hasta en la universidad. Me salía del aula o de la “jaula” como solía decir del lugar a donde daban las clases y simplemente me iba a pasear por ahí. Cuando estaba en preparatoria, habré tenido unos cinco o seis años, me cambiaba de aula a la del profesor que me parecía más guapo, y tenía la cara dura de decir que ese era el motivo. Siempre fui sincera.

Más grandecita, simplemente salía de clases porque me aburrían la física y las matemáticas o había entendido rápidamente lo de la lógica y la ética; si eran historia o literatura pensaba saber más que las profesoras, seguro yo estaba equivocada, ellas sabían más, pero en ese tiempo yo era un tanto sobrada. En esos aspectos.

Mujeres

When Mary Met Audrey

Existe por ahí un chiste que dice en pocas palabras lo que el machismo imperante en nuestra sociedad dictamina: ¿cuántas neuronas hay en el cerebro de una mujer? ¡Cuatro! Para las cuatro hornillas de la cocina.

Y luego de contar el chiste padres e hijos se ríen, jaja. ¡Qué buen chiste!

A mí me parece algo muy estúpido porque además de que la intención es desmerecer la capacidad de la mujer para hacer muchas más cosas que encender las hornillas de una cocina, desmerece una de las actividades más gratas para muchas mujeres, preparas una rica comida para su familia.

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