Bien podríamos llamarlo “Bochorno diplomático”, el que acaba de cometer nuestro Gobierno, al tratar todos los actos visceralmente con fines políticos soterrados y, sobre todo, contando con la ignorancia de los principios diplomáticos, desde todos los ámbitos internacionales, sean éstos Convenios, Tratados, Conferencias, etc.
Quienes hemos estudiado y vivido la Diplomacia, sabemos que, sobre las emociones, está el Derecho que, en este campo, requiere del manejo diplomático para lograr los resultados que toda relación internacional persigue.
Hago mención al Convenio de Viena, por el que se rigen las relaciones de todos los estados que, como Ecuador, lo han suscrito, firmado y ratificado desde 1964 y que bien hubiera valido ser analizado para no salir con eso de la “ofensa a la dignidad y el honor del Presidente”
Art. 2 literal D.
“El Representante diplomático del estado acreditante debe enterarse por todos los medios lícitos, de las condiciones y de la evolución de los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre ello al gobierno del estado acreditante”