23 noviembre, 2024

Más allá de una historia de perros

En recuerdo de “Killer”, que ya es parte del cosmos y a Bobby, mi actual compañero, siempre a mi lado mientras escribo, leo, camino o descanso… Mac

Hace algunos meses, de las manos de Eduardo Arroyo Laguna vino a mis manos un libro, con un título que me trajo a la memoria cierto relatos cortos leídos en mi juventud y edad adulta. Claro, resaltó de inmediato La ciudad y los perros de Vargas Llosa. Pero insistía en mí Colmillo Blanco de Jack London. Es que el libro que recibí, en esa noche limeña, bastante fría y casi lluviosa, mientras decíamos “salud!” con un vino nacional, tenía en la portada el nombre de “Historias de Perros”. ¿Su autor? El mismísimo Eduardo Arroyo Laguna. Catedrático universitario. Galardonado por concursos e instituciones de cultura. Escritor. Sociólogo y periodista. Justo, en un par de meses, a partir de este día, saldría otro de sus interesantes trabajos literarios, con otro nombre significativamente sociológico, “La mentada de madre”. Conozco ahora del éxito de su presentación y espero hacerlo parte de mis lecturas muy pronto.

Mi derecho a discrepar…

El derecho a no estar de acuerdo, a opinar según mis creencias, a decir No! a quien pretenda imponerme “su” verdad, a reunirme con otras personas, en cualquier lugar, para explicar mis criterios sobre cualquier cosa no es otorgamiento de ninguna gracia. Tampoco pertenece a las dádivas de las discreciones del poder político encumbrado como gobierno, de la ideología que fuere. Es simplemente la libertad de expresión que está conmigo desde mi nacimiento, en cuanto a ser el núcleo, el eje de las posibilidades de convertirme, como individuo, en ser social al relacionarme con los otros, desde mi identidad. Quitarle a una persona el poder expresarse con libertad o bloquearle, de una u otra forma, e impedirle decir, gritar o proyectar su opinión es disminuir su querencia de vivir en plenitud. Todas las normas, los acuerdos, las leyes que en sus contenidos insisten en semejante posición (tal cual sucede con la de comunicación en Ecuador) son nulas, ilegales, injustas y, en consecuencia, no deben ser obedecidas. ¿Por qué? Porque, sencillamente, atentan no únicamente contra las relaciones sociales del ciudadano, sino contra la propia razón de la existencia humana… Es que cuando no hay libertad de expresión no hay justicia. Pues, la justicia solo florece en un contexto de exuberancia libertaria!

En favor de la causa indígena

“Hacer llegar las quejas del infortunio, de todo aquello que atormenta y degrada la naturaleza humana, a los que tienen el deber de aliviarlo”. Alejandro von Humboldt, 1826

Aparentemente desde la Colonia existió ya la decisión de apoyar al nativo en la lucha diaria de mantener su hábitat social. Sin embargo todo era solo apariencia. De labios hacia fuera. El objetivo siempre fue cumplir con ciertos formulismos que exigía la estabilidad política gubernamental. Incluso, en algunos momentos, las leyes de la Corona expresaron hasta disconformidad con el maltrato inhumano del encomendero. Recomendaciones, por supuesto, que jamás pasaron del papel. Simple letra muerta. Cuando alguien puso interés en salvaguardar la existencia del indio, lo hizo en el puro afán de que sus beneficios económicos no disminuyan en la explotación de la mita, el obraje, la encomienda, el repartimiento, el laborío…

Por la resistencia y las Leyes injustas

“Ay de aquellos que promulgan leyes injustas,
y con su injusticia organizan la opresión”… Isaías

No es de ahora esto de las leyes injustas. En general, las leyes son injustas, pues por norma obedecen a los intereses de quienes manipulan el poder. Todas las culturas históricas dan fe, en algún momento de su proceso de desarrollo, sobre la lucha de los pueblos por restablecer la justicia, y con ésta la paz y la armonía social. Semejante situación aboga, casi siempre, por una nueva legislación, que en contadas ocasiones responde favorablemente a este eufemismo cultural. Pues, la exigencia reclama más coherencia social y más sindéresis humana. En buena medida los momentos socio políticos revolucionarios son, en la práctica, extensión de tal aspiración. Aunque las dictaduras, las autocracias, aquí en Latinoamérica, se contentan con cambiar las constituciones a su antojo, que les permita promulgar las leyes de su apetencia política…

La Autonomía Universitaria

Hablar de la autonomía universitaria es, en buena medida mover muchos pisos de muchos poderes. Pero teniendo en cuenta el actual entorno global, calificado ya como la sociedad del conocimiento, en que está en juego el estudio superior, la autonomía de su gestión es clave en el debate. ¿Qué es, en realidad, la autonomía? ¿Es útil para establecer rangos de excelencia con la educación impartida? ¿Puede la autonomía generar mejores posibilidades en la formación profesional práctica de los educandos? ¿Es para la docencia, en la amplitud de miras de los contenidos de su enseñanza, necesaria la existencia de la autonomía? ¿A mayor autonomía mejores resultados para aumentar, sustancialmente en calidad y en perspectivas de realizaciones científicas, la enseñanza-aprendizaje del conocer? Más interrogantes pueden abrirse. Pero no obligadamente mejorarán las respuestas… Reconocer dos criterios o categorías de análisis es primordial. Uno, la autonomía operativo administrativa y dos, la autonomía exclusivamente académica. Aunque la importancia es válida en ambas instancias, y difícilmente puede considerárselas separadas, la incursión, por ahora, responde a la pregunta “¿qué pasa con la autonomía exclusivamente académica?”.

La Universidad que necesitamos (3)

Investigación y Aprendizaje. No para congraciarse con los esnobistas impulsados por la neurosis mercantil del consumismo… La investigación, que históricamente siempre ha estado presente, hoy prima como un conjunto de especificidades en tanto el objetivo de su realización. Cualesquiera que sean las características que distingan una universidad o centro de estudios superiores debe concretar la investigación como base de su nivel académico. Investigación operativa institucional vía proyectos y enseñanza de procedimientos de la misma de acuerdo a las profesiones. Sean los trabajos teóricos o experimentales, la introducción o prolegómeno del proceso investigativo, para obtener coherencia en los resultados, responde, previamente, a cuestionamientos inherentes a su naturaleza. Es que antes que nada hay que determinar para qué, por qué, las condiciones, el sentido de hacerlo, las posibilidades negativas o positivas de los efectos, la calidad o valor de los recursos… En buen romance, el problema debe ser captado a través de la puesta en marcha investigativa, por aplicación, de ciertos saberes que bien pueden ser definidos de didáctico pedagógicos, involucrados en una unidad establecida como Investigación Formativa.

La Universidad que necesitamos (2)

Practicidad y Tecnología. El dar de baja del pensum o no integrar a él temáticas, asignaturas o materias que nada tienen que ver con las competencias de una carrera, sean suficiencias o destrezas, es positivo para organizar con mayor coherencia y mejor flexibilidad, los horarios atinentes a las disciplinas de estudio esenciales. Organizar, en este caso, está vinculado a la obtención de minimizar la duración del aprendizaje profesional, y el tiempo liberado usado de la mejor forma posible al aumentar los momentos de análisis e investigación.

En este sentido la utilización crítica y oportuna de los avances tecnológicos, en beneficio de la enseñanza aprendizaje, es un aporte de primera que no solo sirve para liberar tiempo, sino también para establecer ahorros económicos, junto con impulsar avances en la consecución de mejorar niveles de conocimiento. Ayer cumplió este papel la imprenta respecto al libro escrito a mano, hoy la Internet sobrepasa los límites de la impresión gráfica, propiciando un sistema abierto de comunicación mediante redes mundiales personalizadas (sin interacción física personal) de relación social y de libertad informativa (en tiempo real o diferido), conformando comunidades socio culturales de mayor capacidad solidaria que las tradicionales antes existentes. Aunque la bondad de semejantes particularidades está ante los ojos, la insistencia es pertinente por dudas que siguen en pié, a favor de la enseñanza tradicional (físicamente personalizada). ¿Por qué esta posición, en algunas ocasiones a raja tablas?

La Universidad que necesitamos (1)

Para Manuel Negreiros Criado, directivo de la Escuela de CC. SS. de la Universidad Federico Villareal (Lima), como parte de mi aporte a una mejor comprensión de la existencia de la universidad en Latinoamérica, y mi compromiso en este foro abierto para todos…

Los comentarios y críticas sobre este tema son permanentes. Hay, al parecer, mucho interés desde las variadas perspectivas de la dinámica social. Ahora, incluso, en algunos países latinoamericanos el oficialismo gubernamental insiste en tomar su liderazgo. Hemos intervenido, con más de 40 años de docencia universitaria, pretendiendo aportar, en foros, conferencias, seminarios, libros sobre esta problemática institucional mediante Reflexiones sobre la Educación Superior, tal cual es el nombre de una de nuestras publicaciones al respecto. Aquí resumimos el tema en 3 aspectos, que creemos primordiales y que publicaremos en sucesivas entregas: Realidad y Desarrollo, Practicidad y Tecnología, Investigación y Aprendizaje.

Notas sobre la guerra contra Palestina

Cualquier epidemia de la enfermedad más grave es nada comparada con las guerras… En la mente del guerrero solo prima la destrucción. Es la hora de liquidar… De arrasar con todo lo que se oponga a dicha liquidación… Lo importante es matar… ¿Son niños? ¿Son mujeres? ¿Son ancianos? No importa! Lo importante es matar! Que las manos por el crimen queden manchadas de sangre, como explicó con frialdad ajena a toda femineidad, la diputada israelí Ayelet Shaked al explicar la razón (su razón) de asesinar palestinos… “Todas las madres palestinas deben ser asesinadas por parir pequeñas serpientes”. En la guerra no hay perdón, aunque la fe religiosa del victimario lo proclame, desde la letra muerta de su libro sagrado… Toda guerra es sinónimo de deshumanización… No hay más risas… No hay más lágrimas… No hay más amor… ¿Será porque, como ha explicado Ralph Linton en su <> “No somos ángeles caídos, sino antropoides erguidos”?

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