Venezuela: Incapacidad y Caos
Solo son perdigones dicen los guardias armados y el presidente Maduro confirma que son de plástico o de goma… Lo que no concuerda, sin embargo, es que al parecer, por arte de magia, los perdigones lanzados llegan a destino convertidos en balas de grueso calibre. Y el destino son los pobladores que manifiestan sus descontentos en las calles de las ciudades venezolanas. Entonces hay heridos, atropellados, muertos entre los gritos de amenazas e impotencia… Son jóvenes de ambos sexos que entienden que esta es la mejor manera de expresar sus aspiraciones insatisfechas. Pero de igual forma lo entienden los adultos, padres de familia, profesores, trabajadores, empleados, obreros… Es una especie de respuesta por la desesperación de ausencia de comida, de utensilios de cocina, de papel higiénico, de jabones, de transportes organizados, de seguridad individual y familiar… También, por supuesto, por la falta de trabajo estable, los bajos salarios, y una moneda que cada día cae, sin parar, en un abismo de inflación incontrolable, junto al aumento geométrico de los informales que, incluso, ya no saben que ofrecer en venta… Entonces, los delincuentes hacen su agosto en todos los meses del año. El cuchillo, la pistola y hasta las recortadas advierten su objetivo mortal. Es que el desasosiego, la mentira, la frustración no es reciente. Ya son 14 años de inconformidad y angustia. Son 14 años de las falacias y corruptelas del gobierno chavista, ahora en continuidad de un sálvese quien pueda! Un gobierno que ha suplido la ideología con la palabrería, la confrontación política con el insulto, la amenaza y la fuerza del palo y las balas…