Cuando alguien habla de aprender significa, en referencia a la mayoría, que
está recibiendo información sobre algo útil para su interacción social. Para
los diccionarios, sin embargo, suficiente es con “recibir el conocimiento de
una cosa”. En opinión general, aprender es aumentar saberes. ¿El sentido
de comprensión de un aprendizaje es, entonces, de facto, acumulativo?.
Hay quienes piensan, incluso, teniendo en cuenta el estatus por su proceso
formativo, que el aprender es ilustrarse, en detalle, de cada asunto, cada
vez más. ¿Hay que sobrepasar, por lo tanto, lo aprendido ayer como parte
del proceso de tener más sapiencia mañana…?
¿Hasta dónde lo antes indicado responde, afirmativamente, a una realidad
socio formativa cierta? Es necesario entender, antes que nada, que el
aprendizaje, que tiene que ver con un sin número de mensajes no siempre
bien estructurados, sufre un proceso de filtración sicológica, por lo común
en tiempos diferidos. Todo usuario receptor, de acuerdo a las circunstancias
mediáticas, demora en asimilar los contenidos, en tanto perjudique o no
a su identidad, de acuerdo al grado de contradicción o aprobación de sus
valores…En esto consiste, y es válida, la “disonancia cognoscitiva” del teórico
de la comunicación León Festinger.