Un loco con buenas intenciones
Tengo un amigo. Su mamá dice que está medio loco. Yo digo que es un loco con buenas intenciones. Hace algunos años, coincidimos en una noche inesperada y desde entonces vivimos conociéndonos y reconociéndonos. Aquella noche habló de libros y valores. Enseguida supe que era diferente, como yo. Las amistades empiezan por la orilla: ¿Te gusta la playa o la montaña? ¿Prefieres el chocolate o la vainilla? ¿El círculo o el cuadrado? ¿El círculo? ¿Rojo o amarillo? Si hallan simpatía en las nimiedades, arrastran la barca desde la arena hasta el piélago. La marea corre suave mientras las preguntas se vuelven personales: Así que no te gusta la montaña, ¿el frío te hace sentir solo? ¿Prefieres la vainilla por su pureza? ¿El círculo amarillo es el sol que no contemplas?