Guayaquil y la estatua
Los organismos aduaneros han declarado en abandono la estatua del Presidente y Alcalde León Febres Cordero Ribadeneyra. Por su parte, el Alcalde de Guayaquil declaró que con el monumento hecho en Ecuador, (que siempre fue considerado temporal), ya se hizo respetar la competencia del Cabildo y por ende ya se rindió homenaje al fallecido Presidente y Alcalde. Igualmente aseveró que pueden hacer “lo que les dé la gana” con el monumento esculpido en España por el afamado artista Víctor Ochoa.
Estando así las cosas, es fácil intuir lo que va a suceder de no mediar un cambio de rumbo por parte de por lo menos uno de los dos bandos en conflicto pues la intolerancia y el odio político de grupos como “Diabluma” y otros, (léase los remanentes de AVC), permiten vislumbrar que lo que se pretende no es solo impedir la colocación de la escultura sino incluso su destrucción pública. Intentan vanamente ofender la memoria de quién dedicó los mejores de sus últimos años a refundar la ciudad que lo vio nacer, luego de haber sido el eje de la política nacional y por ende de su historia, durante más de 25 años. Piensan que al hacer desaparecer una escultura lograrán borrar el recuerdo que vive en el fondo de los corazones de todos los guayaquileños y ecuatorianos de bien. No entienden que los recuerdos no se borran jamás y menos cuando son gratos.