24 noviembre, 2024

Ojalá que llueva café…

A ratos, nuestras vidas; un tanto confundidas, se aferran a cierto tipo de fantasías y supersticiones, propias del incansable trajinar por lograr días mejores, lo cual nos permite anhelar lo que creemos que por ley nos pertenece. Esto es, una vida mejor, una vida llena de prosperidad, que a la gran mayoría de ecuatorianos les permita incluso ya no tener que ir a la tienda del barrio a solicitarle al vecino, dueño de la misma, les fíe cierta cantidad de alimentos, hasta que llegue la quincena o el fin de mes, para así poder “parar la olla”, para que nuestros hijos tengan algo que comer para ese día, aunque lo que se venga luego, aquello será resuelto en su momento, pues no hay capacidad para más.

Son muchas las circunstancias envolventes un 31 de diciembre a las 12 de la media noche, son muchos los sueños y esperanzas que nos mueve a convencernos que comiendo las 12 uvas, saliendo a pasear por la cuadra del barrio con equipaje al hombro, quemando un muñeco y haciéndolo tronar hasta más no poder, besando y apretando hacia nuestro corazón el retrato de la novia o el novio, etc, es aquello, más o menos, asegurar una mejor alternativa para el año venidero.

Todo por, y en nombre del amor… ?

Desde que tengo uso de la razón, y a través de mi formación personal, espiritual y académica, y en franca relación con los principios y conceptos universales, he sabido siempre que el amor es el sentimiento más fuerte, hermoso, inclaudicable; etc, que mueve todos y cada uno de los cimientos de nuestra existencia. Obviamente, para bien y beneplácito de nuestra salud emocional, y de nuestra alma toda, así como de nuestra propia vida.

Unos dicen que el amor es la conjugación de la humildad, matizada de loables principios, por la que estamos siempre dispuestos a dar mucho más de lo que se recibe. Otros dicen que el amor es la verdad misma que te brota desde el alma, y que por esa simple razón, te induce a realizar imposibles, y a perdonar sin condiciones. Otros también dicen que el amor es la más clara manifestación de afecto entre los seres con vida racional; y a ratos, hasta irracional.

Salve Oh Reina!

This photo provided by the Miss Universe Organization shows Constanza Baez, Miss Ecuador 2013, competes in the swimsuit competition during the Preliminary Competition at Crocus City Hall, Moscow, on November 5, 2013. Miss Universe 2013 will be crowned at

Hace mucho rato vengo sosteniendo que en cada país que sufre necesidades; de lo cual no constituimos la excepción, vienen muy bien aquellas noticias que a cualquiera le levantan su autoestima.

Como hubiese querido que Constanza sea la nueva Miss Universo, a pesar que; sin temor a equivocación alguna, para cada uno de los ecuatorianos, aquí en nuestro terruño, y allende fronteras, esta hermosa ecuatoriana, obviamente que ¡YA LO ES!

Creo que merecemos, aunque sea de vez en cuando, demostrar al mundo que no somos solamente el país del banano, del cacao o de la tagua, etc, sino que además somos cuna de hermosas mujeres de cuerpo y alma, que desde siempre han demostrado su belleza y su talento, sin ser obviamente menos que otras bellas mujeres.

¿Por qué diablos dicen que el aborto es sagrado?

Ahora resulta que aquello es el nuevo grito de lucha de los ilustres abortistas. Que levante la mano el que piense que estos crímenes son sagrados.

Mil disculpas por tan fuertes imágenes, pero creo que es necesario que vayamos haciendo verdadera conciencia de tan espeluznante situación.

Sin palabras

Dura Lex… Sed Lex

The Wrath of Justice

Cierta vez, allá por el año 1999, mientras conducía mi vehículo en un Freeway del Estado de New Jersey, y en circunstancias que excedí en 15 millas el límite de velocidad permitido, por tratar de salir de dicha vía en busca de una estación de servicio para ir al baño, fui interceptado por un patrullero de caminos, quien me sonó estrepitosamente la sirena de su vehículo y me pidió que me estacione a un lado de la vía.

El tipo se bajó de su vehículo y me dijo que había excedido el límite de velocidad, me pidió que me baje de mi carro para que vea en su monitor al interior de su patrullero, unos inmensos números rojos que indicaban que supuestamente yo estaba conduciendo a 85 millas/hora, lo cual suponía que mi exceso de velocidad, en relación al límite de velocidad permitido, era de 30 millas/hora, lo cual obviamente comprometía mi licencia debido al castigo; no solo económico, sino en función de los puntos menos en contra en mi record, lo cual me convertía en un seguro candidato a que mi licencia de conducir me sea suspendida en cualquier momento.

Violencia contra la mujer: Un irracional pretexto de más violencia y crueldad

Debo empezar admitiendo la tamaña fuerza que encierra la gris tenacidad de grupúsculos que no descansan por lograr conquistar sus, también, grises aspiraciones por legalizar un crimen que desencadena dolor y vergüenza al mutilar la vida de otro Ser humano, y que por desgracia e ironía llevan dentro de su vientre. A ratos veo que esta cruel y despiadada batalla, impuesta por un sector que, a pesar de ser cuantitativamente minoritario en relación del otro, siempre logran captar la atención de un pueblo que, aun siendo eminentemente Cristiano, no es capaz de interpretar a cabalidad tan aberrantes pretensiones.

Pero, cuidado, y con la finalidad de no darles la oportunidad de que estos grupúsculos recurran a torpes calificativos como: “fundamentalistas o fanáticos religiosos” a quienes defendemos la vida, tratemos esta vez de observar y analizar el tema desde la óptica legal y constitucional. Esto es suficiente por el momento; y, para demostrar su barbarie, no es necesario evocar la existencia de un DIOS Supremo y Misericordioso. Eso es otra cosa, ellos así no lo entienden, pues solo basta la moralidad y la simple lógica legal para que entendamos de una vez por todas que a la violencia no se la extermina con más violencia y criminalidad.

El Holocausto del Siglo 21 (I)

Realmente, y ya lo he dicho infinidad de veces, me importa un bledo que los eminentes abortistas me tilden de fundamentalista religioso, o fanático religioso, o quien sabe más, por calificar y condenar el aborto como un crimen de lesa humanidad.

Yo no soy ni represento al personaje que está ubicado en la orilla opuesta de la moralidad y la ley. Son otros, claro que son otros, los que colmados de miseria humana se agazapan como hienas a la espera de la carroña y las sobras de otras bestias, los que pululan alrededor de la humanidad de cada Ser humano en cada país, en cada conciencia, en cada hospital, en cada clínica, con la finalidad de depredar la vida de otros.

Son aquellos cobardes y monstruosos personajes de hielo y grava, a quienes nada les importa la vida, ni la ley, ni Dios, los que en franca complicidad con aquellas que dicen “es mi cuerpo y con el puedo hacer lo que me plazca”, los que asesinan a niños indefensos dentro del vientre materno. Son pues, aquellos que a través de su propia y perversa industria llamada aborto, los que enriquecen cada vez más sus cuentas bancarias y que a través del bisturí de tantos y cuantos cómplices, también de alma gris, quienes destrozan sin piedad esas inocentes vidas.

Ahora es el Yasuní

Que importaría realmente si dejáramos o no de lado las intenciones de explotar, parte o la totalidad, del Yasuní..?

Cada sector inmerso en la polémica se atribuye, para sí, la razón inquebrantable de querer lo mejor para el país. Se discute técnicamente de las ventajas y las desventajas de extracción petrolífera de dicho vasto sector amazónico, considerado mundialmente como un verdadero santuario, en el cual se desarrollan culturas ancestrales, denominadas ahora: “Pueblos No contactados”.

En 1989 el Parque Nacional Yasuní entra a formar parte de la Reserva Mundial de Biosfera, dentro del programa del Hombre y de la Biosfera de la UNESCO. En marzo de 1995 se acordó que en toda reserva de la Biosfera las únicas actividades que se pueden desarrollar, para garantizar el equilibrio y la no contaminación, son: “actividades cooperativas compatibles con prácticas ecológicas racionales, como la educación relativa al medio ambiente, la recreación, el turismo ecológico y la investigación aplicada básica”.

¿Quién es realmente este hombre?

Cierta vez escuché decir a un entrañable amigo y sacerdote, desgraciadamente ya fallecido, que Jesús, siendo el hijo de Dios y siendo el personaje más maravilloso de toda la humanidad, nació en un humilde pesebre, rodeado de la más grande pobreza, rodeado de animalitos, y hasta de los deshechos que estos evacuaban (por decirlo de una mejor forma).

De aquello, la historia da plena fe a través de documentos en los cuales se destaca una carta del SUPREMO EMPERADOR, EL CESAR, quien un tanto preocupado por los comentarios que a él le habían llegado, le pregunta a su gobernador, Poncio Pilatos: “Me he enterado que allá existe una persona llamada Jesús que dice ser el Rey de los judíos. Podrías describirme quien es realmente ese Jesús, pues el único Rey y señor soy yo”. Pilatos le responde, y le dice: “Jesús es un individuo de pelo largo y ensortijado, color oro, y se peina con la raya en medio al estilo Nazareno. Su barba, del mismo color de su pelo, es también partida en la mitad. Viste humildemente una túnica y sandalias. Es prácticamente imposible sostener su mirada directamente a sus ojos. NO VISTE COMO UN REY, PERO TIENE TODO EL PORTE DE UN REY”.

La Humildad en la Gloria

Realmente que la trágica muerte de un impecable guerrero del futbol ecuatoriano, hijo, nieto, padre, esposo y amigo ejemplar, tal cual es el caso de CHRISTIAN BENITEZ BETANCOURT, nos ha dejado una fuerte lesión emocional, incluso, a quienes tuvimos el privilegio de conocerlo aunque sea a través de las noticias deportivas.

Mi querido padre, a través de sus sabios consejos, siempre me decía: “Hijo, el ser humano no debe ser lo que quiere que otros piensen de él…el ser humano debe ser lo que es realmente por esencia”…Mientras más humilde y sabio, muchísimo mejor”

Cuán grande es aquel que su grandeza nace precisamente de su humildad. Cuán grande y singular es aquel que, mientras más grande es su fama, más serena es la sencillez de su alma. Cuán grande y humilde a la vez, es aquel que, codeándose y mirándose cara a cara con la gloria deportiva, no presume de prepotencia alguna para con sus congéneres.

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