Para meditar…
En la memoria de cada buen ciudadano ecuatoriano, existe una especie de denominador común, respecto de la preocupación por un peligro, cada vez mas inminente, llamado delincuencia, cuyos escenarios están matizados por el acometimiento de delitos de sicariato, violaciones, asesinatos, secuestros, crímenes, robos, asaltos, estruches, secuestros express, etcétera, etcétera.
En cada instante de transmisión, los medios de comunicación reseñan información de extenso contenido delictivo cometidos a diario en nuestro país, principalmente en las ciudades como Guayaquil y Quito. Sin que con este comentario quiera decir que el resto de ciudades y poblaciones de esta gran nación están exentos de ser victimas potenciales de esta maldita epidemia.