Hoy, 8 de mayo del 2009, a través de los medios de comunicación del país se dio a conocer una noticia que; para millones de ecuatorianos es inédita por su especial contenido, y se trata de la existencia de un supuesto sistema paralelo de control electoral, totalmente alejado de las instalaciones del CEN provincial, cuyo domicilio es Guayaquil, en donde quienes estuvieron comprobando la denuncia, presumen que allí ha estado funcionando una especie de clon de dicha institución electoral.

Es por demás increíble la habilidad política que contra natura este desazonado gobierno está implementando por el afán de continuar en el poder, y que por el afrentoso hecho de obtener más votos el próximo domingo 26 de abril, descaradamente se permite, por ejemplo, que Daniel se convierta en Daniela Yamilet, y que Luis Esteban se convierta en Naomi Estefanía.

Y no crean que se trata simplemente de un cambio de nombre ¡NO PUES!, se trata de que estos ciudadanos (perdón…, ahora “ciudadanas”), puedan ejercer su “legitimo derecho al voto”.

Que cosa es lo que realmente está pasando con la supuesta intromisión en la acción pastoral de nuestros guías espirituales por parte del estado, tomando en consideración lo que se está diciendo de Padre Federico Gagliardo..?. Este polémico tema está haciendo verter muchos y confusos comentarios a gran parte de los Guayaquileños, los mismos que nos están obligando y/o conduciendo a hacernos una franca reflexión sobre lo inverosímil, inmoral y pecaminoso que resultaría ser, si todo aquello que se denuncia fuera verdad.

Pretender creer que somos amantes del respeto y de la democracia en función de los demás, es lamentablemente como pretender creer que a los niños los trae la cigüeña. Generalmente hablando, somos tremendamente inmaduros y creemos que utilizando términos ofensivos y denigrantes en contra de alguien, y peor aún, queriendo hacer de nuestros criterios la única y sacrosanta verdad valedera, creemos entrar en un plano superior a los demás.

El intelecto es privilegio de los seres humanos, y dígase privilegio en tanto y en cuando utilicemos nuestro intelecto para demostrar y ratificarle a los demás nuestra calidad humana, nuestra honorabilidad inclauidicable, nuestra honra, nuestro honor como apéndice de nuestros actos, y definitivamente, nuestro respeto a los demás.

Ya se está convirtiendo en un tema de Ripley para nuestro país lo que acontece con la ALDHU y su dirigente Parra. Mientras por un lado se expulsan del país a dos diplomáticos norteamericanos por supuesta intromisión en asuntos relacionados con nuestra soberanía nacional, por otra parte y de manera muy extraña, recién de última hora se dispone desde Carondelet el término de los privilegios que desde sus inicios ha venido gozando y abusando de ellos el muy famoso y oscuro personaje chileno JUAN DE DIOS PARRA. Medida que hasta cierto punto se la podría compartir y respaldar incluso, dependiendo lógicamente de la intencionalidad de la misma.

Ojala que por el bien del país, y lo manifiesto sinceramente, el contexto de esa disposición gubernamental no esté empañada de graves y peligrosas causales que involucren al actual gobierno en asuntos que irían mas allá de la tendencia de una corriente de extrema izquierda, o de una revolución ciudadana o de la praxis de un socialismo del siglo 21

Acabo de leer uno de los artículos publicados el día de hoy en el diario El Universo, cuyo título dice: “Legisladores reciben otra laptop y celular”, en donde se detallan cantidades como estas: $700.000 en gastos de publicidad, $289.000 en la RECOMPRA de 280 computadoras, $8.000 mensuales como pago del consumo de llamadas de 76 legisladores y de 6 miembros de seguridad y secretaria del congresillo, pues se han distribuido 76 celulares, cuyos consumos con uso de Internet incluido, representan un pago mensual de más de $7.900, cuyos cupos se determinan en $200 mensuales para el vicepresidente Cesar Rodríguez y la vicepresidenta Aminta Buenaño por cada uno, $100 para cada uno de los legisladores (73), $50 para el secretario, y $30 para cada uno de las siguientes personas: Prosecretario, edecán del presidente, jefe de la escolta legislativa, jefe de personal y administrador general (..!!!) Con la salvedad del caso de que para el arquitecto Cordero, como presidente del congresillo, el goza del privilegio de “uso de tiempo ilimitado de celular”.

Cierta fabula medieval nos cuenta que un recalcitrante y prepotente monarca, quien cada vez que quería sacar a flote sus reprimidas ganas de perjudicar a sus súbitos, le preguntaba al más cercano de sus acólitos: “Oye tu, dime…que hago ahora con el pueblo”.

Su rastrero asistente velozmente le respondía: ¡JODERLO MI SEÑOR..JODERLO! . Entonces, como aquel perverso monarca lo único que sabía hacer era precisamente aquello, ya ustedes podrán imaginar las cosas que a continuación realizaba tan infame personaje.

Hace pocas horas atrás recibí un e-mail impresionante, el mismo que por obvias y valederas razones lo estoy compartiendo con muchos amigos con la finalidad de que al observarlo y tratar de asimilarlo (con el corazón por supuesto), sus contenidos nos den un fuerte sacudón y nos hagan sentir más humanos.

Dicho e-mail trata sobre nuestra conducta frente a eventos que día a día se nos presentan, de diferentes tamaños y en diferentes circunstancias, pero que generalmente la carga que estos problemas conllevan, no son nada comparables con una realidad cruda y desproporcionadamente fuera de contexto en relación a lo que significa, por ejemplo, el hecho de que en otros países ubicados dentro de nuestra esfera, millones de famélicos niños se mueran de hambre diariamente frente a nuestros ojos, mientras nosotros vivimos quejándonos por cosas triviales, cuyas soluciones están casi siempre a nuestro alcance.

Mi padre, un hombre de mucha elocuencia y exquisita cultura, me enseñó desde mis adolescentes 16 años de edad que para ser un buen político, debía aprender muchas…. muchas cosas, y que además tampoco debía dejar de lado de aprender casi de memoria (metafóricamente hablando), dos cosas adicionales: A comer caca…y que me guste (..!!!!)

Parece grotesco, verdad..?. Pero yo les pido que analicen muy profundamente dichos términos, y notarán que esas sabias palabras dichas con mucha sentido criollo, popular y directo, de un padre a uno de sus hijos, quien a tierna edad ya quería ser político, que guardan clarísima identidad para quienes; aun sabiendo el riesgo que se corren por servir a los demás a través de la política, y a costa de cualesquier vicisitud a corto o largo plazo, no deberían de desmayar jamás en sus patrióticos y sanos propósitos.

Debo confesar que, en estos precisos instantes en que estoy preparando esta nota, me invaden una serie de indescifrables sentimientos. Bueno, por la tremenda importancia del tema, es entendible lo que me pasa. Además, sin lugar a duda alguna, estas similares sensaciones las están experimentando Incluso cientos de miles de ecuatorianos más.

Todo empezó con esa convulsionante conformación de la Asamblea Nacional Constituyente, convertida luego en un gigantesco putamadral, y que en la actualidad únicamente con nombre cambiado, sigue protagonizando problemas al país.