20 septiembre, 2024

Comentario

Un paréntesis electrónico

En este mundo nuestro actual resulta difícil asimilar un oficio, un quehacer diario, sin la influencia de la tecnología, de la informática, sin poner un SMS, sin recibir un whatsapp, sin los recursos de internet, pero no hace mucho tiempo, todo esto no existía.

Estaba yo pensando, por qué no dar un descanso a los electrones que no paran de moverse de un lado a otro, que bien merecido tienen un reposo y recrearnos en pasajes del pasado no tan lejano donde ellos aún no habían surgido de su cuna.

Por unos instantes voy a pasear por una calle imaginaria y comprobar, al inicio del día, cómo las amas de casa acuden en pleno a la esquina de la calle; ¿qué ha pasado?, pues que el lechero ha llegado, con su gran cántara y un par de jarros de latón como medida, de litro y medio litro, repartiendo la leche fresca, sin pasteurizar y sin conservantes, directamente del ordeño al consumidor. Me dispongo, haciendo uso de la osadía que me caracteriza, a entrar seguidamente en una de las casas donde una señora está elaborando jabón, mezclando el aceite de oliva sobrante con la sosa caústica y poniéndola a hervir. ¡Cuidado!, me dice, no te acerques mucho que la sosa puede salpicarte y quemarte, mientras ella remueve con un palo hasta que toma consistencia y lo vuelca sobre un recipiente de barro. Así estará un par de días mientras se está endureciendo.

La Gran Calamidad

Este año se cumple el centenario del inicio de la I Guerra Mundial, acontecimiento que con toda seguridad los distintos medios informativos se encargarán de recordarnos. Y a cien años vista qué pensará la gente sobre esta contienda que comenzó en el verano del ya lejano 1914 para terminar a finales de 1918.

Pues seguramente que fue una guerra más de otras tantas que alberga nuestra historia, donde ganaron unos y perdieron otros. Pero si escudriñamos un poco en esos cuatro años largos, seguro que descubrimos cosas que invitarán a nuestra mente a que nuestra opinión sea algo más abierta. Parece ser que los peritos en asuntos de batallitas coinciden en que el motor de la guerra fue la Alemania militarista del káiser alemán Guillermo II, quien debía albergar delirios de grandeza y conquista. Situémonos en los inicios. Nos encontramos en la ciudad de Sarajevo, una ciudad que por entonces pertenecía al imperio austro-húngaro; una fecha: 28 de junio de 1914, dos personajes: el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro y su esposa, amigos del káiser alemán, y un incidente: el asesinato de ambos por parte del serbobosnio y miembro de una organización llamada Mano Negra. Pues éste fue el pretexto ideal que encontró Guillermo II para satisfacer sus ansias de conquista.

«En mi hambre mando yo»

Es el libro de Ramón Sonnenholozner, de 165 páginas que si bien para leerlas algunos poemas tienen diez palabras, u otros más; por su cortedad podrían estar entre los maravillosos Haikus de Piedad Romo Leroux de su libro Crepúsculos-pero en “otro tono”.

Y hablando de “tonos” los versos de Ramón Sonnenholzner son algo como los Salmos de una biblia de Siglo XXI, porque se los publica ahora, – pero son de todos los tiempos, ya que luego de leerlos, interpretarlos y sentirlos se exclama ¡Son la vida!

–En mi hambre mando yo- me atrevo a decir que vale la pena leerlo, para encontrar la infinidad de verdades humanas, desde las ternezas reconociendo el corazón de su madre como su “primer liturgio”- quien le enseñó a rezar y dormir- – hasta la rebelión de su espíritu en el reto de vivir, expresado entre sarcasmo e ironías de profundo humanismo sentencioso, del hombre excepcionalmente crítico, al de ciudadano común; cuando en uno de ellos, termina diciendo – Soy feliz en esta Patria… subyaciendo la realidad en ese “con infinito amor”. Leo y releo el libro y me exalto en el poema de una sola expresión, que la siento casi mía.

¡Colorín Colorado el Mundial se ha acabado!

Switzerland x Ecuador

¡Colorín colorado este sueño se ha acabado! Con el resultado ante Francia el mundial de Ecuador feneció. Hay dolor en la afición, los aficionados lamentan lo irreversible y lo que pensamos que es seguro ya no lo es. Fuera del mundial nos toca ver la fiesta de otros, los triunfos de otros. Qué jugamos bien, qué jugamos como nunca, qué tal razón u otra, ya todo eso es lamentaciones. Nos dijeron que podríamos llegar hasta ser campeones pero nos eliminaron en la primera ronda. Ese es el resultado. No hubo goles, ni sirvió el gran Antonio Valencia, Montero, ni el de aquí ni el de allá. El fútbol vende ilusiones a la gente que sueña con los triunfos pero llena de plata a los jugadores, directivos, a los canales dueños de los derechos de transmisión, etc.

Fútbol: A octavos de Final

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Sin duda el país entero se paraliza este miércoles en el marco del partido entre nuestra selección de Ecuador y Francia.

El triunfo ante Honduras nos deja con la posibilidad, ganándole a Francia, pasar a la siguiente fase del mundial. Qué así sea, que toda la fuerza y suerte nos acompañe en este día crucial en el planeta fútbol. Hasta ahí todo está bien: el juego, la impaciencia, el deseo de ganar, de cumplir, la pasión que desborda el fútbol. A mi eso me alegra y acompaño a mis compatriotas con las mejores intenciones de triunfar ante Francia, y ojala sea con goleada. El problema es el miércoles, principalmente después del partido.

Tristeza não tem fim

Scored Two Goals For Ecuador

Dice la canción de Vinícius de Moraes y Antonio Carlos Jobim: “Tristeza não tem fim, felicidade sim”.

Mañana Ecuador se medirá con Francia en el mítico estadio Maracaná en Río de Janeiro. A la misma hora, Honduras jugará contra Suiza en Manaos. Solo entonces sabremos si nuestra felicidad tuvo fin o no, pues hoy aún seguimos vivos y con esperanzas de pasar a la siguiente ronda. De ganar, y espero que así sea, nos enfrentaremos con Argentina en octavos de final, situación que debe darnos felicidad, pues si Messi “es el único motivo para creer en Argentina”, a propósito de su gol en el minuto 91 en el partido del sábado frente a Irán, nosotros tenemos a ‘Superman’, como elogió la FIFA a Enner Valencia.

Despedida

Gabriel Garcia Marquez, Washington, DC, 1976

No me puedo permitir el lujo de escribir con cierta periodicidad y al mismo tiempo hacer oídos sordos a la mención de Gabriel García Márquez. Igual que no se puede resumir en una página la historia universal, tampoco se puede resumir en ella, la vida y obra de este escritor colombiano, pero sí mencionarlo de alguna manera para expresar la huella interna que nos ha dejado.

Cuando una persona famosa en los ámbitos del deporte o espectáculos se nos va, sientes su marcha y te resulta extraño pensar que no vas a volver hablar de ella. Cuando una persona famosa en el mundo del arte se nos va, sientes una especie de vacío en el campo de la creatividad que de alguna manera resultará difícil de cubrir y cuando se va una persona como Gabriel García Márquez, no solo ocurre lo anterior sino que también dejas escapar alguna lágrima. Quién no se ha acercado a él en vida de alguna manera, habiendo tenido la gran fortuna de conocerlo personalmente y disfrutar de su presencia, o simplemente leyendo algunos de sus escritos o interiorizando algunas de sus vivencias escritas. Cuando te pasa esto sabes que algo de él tienes dentro de ti, es lo que ocurre con las personas que son entrañables, y cuando te enteras que se nos ha ido sabes que algo de ti también se ha arrancado. Pregúntate ahora mismo por las noticias mundiales que tuvieron lugar en ese día de su fallecimiento, un jueves por la noche, yo sinceramente no recuerdo ninguna, y es que quedaron todas ellas eclipsadas por la noticia de su pérdida.

Este es un mensaje de amor unido al grito de angustia del presente.

Por las madres, los padres y los hijos.

Bien vale un alto al trabajo de los días comunes, para darle un espacio al amor y a la ternura de la pareja humana-padre y madre-pilares sólidos,-creadores de la familia, la más grande institución sobre la tierra:

¡Padre! En estos días de junio, dedicados a ti, debes saber cuánto significas como fuerza vital de la familia, también fuente de amor y ternura para el hijo, engendrado con la mujer amada.

¡Madre! Mujer que alcanzaste en la maternidad el más grande milagro, por cada hijo que germinó en tus entrañas por amor, con el hombre de tu vida…

¿CÓMO SER UN BUEN PADRE? “y no morir en el intento..”.

happy fathers day

Comprende tu misión,
y tu familia se convertirá
en una divertida aventura.

Las recetas solo sirven para los médicos y los o las que cocinan bien. Si las seguimos conseguiremos lo que más apreciamos en la vida: la salud. Siempre y cuando sigamos las dosis adecuadas y consultemos con los expertos en los momentos que más lo necesitamos, los de crisis o dificultad o en los momentos en donde todo está bien, pero necesitamos un chequeo para prevenir y caminar seguro. EL EQUILIBRIO es la clave en la vida, saber a dónde voy y saber tomar las decisiones adecuadas para cumplir mis sueños u objetivos. El tema que voy a tratar no es ninguna receta, no puede serlo, no la hay para formar padres. Lo único que tenemos es la experiencia, pero los grandes inventos y las grandes teorías científicas solo vienen por experimentación, luego de una larga reflexión y de aplicar los principios adecuados.

¿Sociedad al filo del precipicio?

No es sorpresa para nadie el escuchar este tipo de títulos, es más, tal vez nos hayamos acostumbrado tanto a hacerlo que ya no nos alarmamos. El tema es tan frecuente que lo vemos a diario y es así como poco a poco hemos ido moldeando nuestra aceptación sobre tan crucial hecho y con vergüenza admito haber permitido que en momentos, estas actitudes, tampoco me quiten el sueño, sin embargo me arrepiento y motivo fuertemente el cambio de actitud ante la sabiduría, irresponsabilidad, sapada, falta de principios y educación, porque somos responsables del futuro de nuestra sociedad.

Nuestros hijos se han acostumbrado a evadir las normativas de orden como son hacer fila, esperar un espacio disponible para cambiar de carril y no forzarlo como es normal verlo todos los días en las calles de Guayaquil; inventar excusas no es una forma de zafarnos de un problema sino más bien una manera de evadir consecuencias; hablar de alguien a sus espaldas no es una forma chévere de demostrarnos ante nuestros amigos sino una falta de hombría y caballerosidad… En fin, el mundo está cambiando, pero nuestra manera de ser no tiene por qué hacerlo. Somos responsables de adaptarnos, pero no de mutilar los principios básicos del convivir en comunidad.
Ya no es normal ver a un chico abrirle una puerta a una señora y peor aún ver que un caballero se pare a halarle la silla a una dama para que se siente. Recordemos que la educación no solo se basa en textos, pero también en las buenas costumbres y el ejemplo.

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