16 septiembre, 2024

Comentario

Los Guayaquileños…

Uno de los mayores privilegios de mi vida es haber nacido en la ciudad de Guayaquil. Desde que era muy pequeño amé entrañablemente a mi ciudad.

Cada cuadra, cada calle, cada lugar, tienen un significado para mí. Toda la ciudad constituye parte de mi esencia; es el todo de toda mi forma de ser.

En su seno viven mis calles, mis caras y mi gente. Mi propia identidad es la consecuencia de quienes me precedieron. La energía que generaron los Guayaquileños que forjaron la perla del Pacífico, moldearon las características de quienes nacimos en la ciudad del cerro.

Somos herencia de la consecuencia de los que vivieron antes de nosotros. En realidad somos quienes éramos. Tenemos un espíritu indómito que fue labrado con la fuerza de quienes nos antecedieron.

Mi padre y las hormigas…

Era director del hospital Psiquiátrico.Estaba empeñado en reformarlo y para ello había separado de la institución a treinta empleados deshonestos.

Había comprobado que algunos habían robado. Incluso varios profesionales obtenían dinero de los pacientes que debían ser atendidos gratuitamente.

Esta lucha me había ocasionado muchos enemigos.

Un día repartieron un panfleto sin firma donde se aseveraba que había atropellado a una psicóloga por haberla embarazado. Se valieron del patrocinio de un psiquiatra que no trabajaba en la institución, para poner una denuncia contra mí en las oficinas de la Junta.

Reconocer las obras

En la controversia creada por la autoridad de Educación en torno a la generosa ayuda que entrega el Municipio de Guayaquil, a quienes debería preguntar si les es favorable o no es a los cientos de padres de familia beneficiados por este extraordinario servicio público que lidera el Municipio de la ciudad más grande del Ecuador.

Qué opinan los estudiantes favorecidos, son jóvenes que han visto premiados sus esfuerzos por ser los mejores estudiantes, porque han aprovechado su vida para ser ejemplos de estudio y responsabilidad. Preguntarles también a los profesores:

Cuestión de Fé

Hay momentos en la Historia de la Humanidad, que son catalogados a posteriori de decisivos y lo son porque de lo acontecido se deduce un cambio sustancial. Uno de ellos ocurrió hacia el siglo VI antes de Cristo cuando el mito dio paso a la filosofía. Los dioses fueron suplidos por la razón. Debió surgir alguna preclara inteligencia espabilada que sintió la necesidad de reemplazar el mito por otro tipo de explicación, justificada de modo racional y es así como surgió la Filosofía, una interpretación racional del hombre y del universo, de las relaciones entre ellos y de éstos con la naturaleza. Y qué pasó con las deidades? Se encerraron acaso en el baúl olimpíaco tristes y apesadumbrados porque la razón les había desplazado? Quizá se habían endiosado tanto que no había mente, por muy sencilla que fuera, que les tomara en serio? Pues mira por donde, en estos días que transcurren, han emergido de las entrañas del Olimpo, lugar del que están descendiendo para comparecer ante los medios de comunicación. Sí, ya sé que racionalmente es imposible, pero para eso está la fe, para creer en aquello a lo que la razón no puede acceder, así que coloquemos unos instantes a ésta entre paréntesis y escuchemos las declaraciones de los dioses.

Cómo tratar a una mujer

De todo lo creado, la obra maestra de Dios es la mujer.

Si queremos conservar una obra maestra, debemos respetar ciertas normas que permitan que las atesoremos en la mejor forma.

Hay algo que debemos admitir y aceptar como una regla prácticamente sin excepción: la mujer es altamente competitiva con las otras mujeres y de un celo tremendo por esa causa. La mujer no se arregla para el hombre sino para ella misma y para las otras mujeres. Le gusta verse bien.

Otro axioma de la mujer es que es altamente sensitiva. Ante una actitud que uno podría considerar normal, ella puede reaccionar con un resentimiento extremo… Y mientras más engreída, peor.

¡Paren el mundo, que me bajo!

3979. Stop the world

El cuento de los lemmings esos pequeños roedores que en una película de Walt Disney, allá por 1958, se suicidaban arrojándose al mar desde un acantilado, es basada en un libro infantil inglés, la “Children´s Encyclopaedia”, de Arthur Mee (1908) que relata que “avanzan en línea recta, por montañas y valles, a través de jardines, granjas, pueblos, manantiales y estanques; envenenan el agua y provocan fiebre tifoidea (…) continúan hasta el mar y provocan su destrucción metiéndose en el agua (…) Es triste y terrible, pero si ese éxodo funesto no tuviese lugar, los lemmings habrían dejado Europa pelada hace mucho tiempo”.

Mitos como éste o el del “flautista de Hamelín”, de los Hermanos Grimm, grafican bastante bien lo que está ocurriendo con la humanidad, gracias a la globalización mal entendida que vivimos.

El mundo corre frenético a su propia destrucción, dejándose llevar por la irreflexión. El dejarse llevar por las costumbres raras que se ven como curiosidades de otras partes del mundo, y que se comienzan a adquirir y a incorporarlas a la vida de nuestras sociedades, es el inicio de nuestra propia destrucción.

Una Joya para disfrutar

Papa Francisco

Les comparto este material que seguramente será muy interesante para todos en cuanto a visión de Iglesia y de Compañía de Jesús.

Se trata de una entrevista – conversación con el Papa Francisco de temas diversos. Esta información sale en estos días en muchas revistas jesuitas de difusión mundial.

Estamos viviendo un nuevo tiempo de Iglesia en el que la sencillez de un Papa que ha querido acercar la vida cotidiana de la Iglesia a nosotros los feligreses, trae una conciencia de que el Espíritu nos anima a ser más comprensivos los unos con los otros. A comprender que el mensaje de Dios es para todos los hombres y mujeres de buena voluntad que deseen hablar desde el mismo lenguaje universal del amor.

Que esta lectura les ayude para hacer su propia síntesis de comprensión eclesial y para llevarlo a sus espacios de oración personal. Sobre todo para nuestro testimonio como cristianos en un mundo que más que nunca nos pide que seamos auténticos en nuestro obrar, fuerte abrazo,

Acojo

Acojo el nuevo día, el sol de la mañana, el despertar de los niños para recibir sabiduría. Acojo el canto del gallo, el café hirviendo de deseo, los buenos días a todos. Acojo el agua que baña mi cuerpo, que limpia mi boca, acojo el beso del aire que es el mismo aire de Venus y los anillos de Saturno. Acojo y me acojo. Acojo tus ojos, la música de tus labios llenando de saliva mi nombre; acojo el horno de tu corazón y la fuerza con que ordenas “levantarse” a todos los muertos. Te acojo y regalo todo lo que acojo.

Acojo la voluntad que me ordena morirme y ver morir al otro y a los otros. Acojo la palabra nacimiento y el nacer de nuevas esperanzas y nuevos ahíncos. Acojo el arroz, la chicha y el dragón de agua que me regalo mi madre el día de todos los santos. Acojo el día que cumplí dos días de nacido y me regalaron un avión que se desarmaba y nunca más volvió a ser lo mismo. Acojo cuando te echas en mis brazos y puedo ofrecerte a la noche, a la dulzura de la sombra y a la mesa convertida en árbol de uvas.
Acojo el tiempo no vivido, lo que no ha podido hacerse, acojo a los que ya me olvidaron, los que salieron por la puerta trasera y huyeron por la puerta invisible. Acojo la oportunidad que nunca llego, la promesa que me hice mirando las estrellas, acojo mi pereza tu pereza la pereza del altísimo cuando ordeno que me pongan aquí.

Una enfermedad llamada cáncer (Segunda Parte)

Por: Gloria Arteaga Calderón

Si mi caída con la enfermedad fue dura, tengo que decirlo, ¡el levantarme me costó mucho más! Y el empezar a darle cara a la vida, a esta vida que me había aferrado con toda la fuerza, luchando cada vez más para tratar de recuperarme de los efectos del cáncer.

Toda esta fortaleza que empezaba a sentir, la verdad no recordaba de donde provenía, pero siempre tenemos algo en nuestro interior que nos habla y nos dice cosas, unos lo llaman intuición yo lo llamo Dios. Cuando lo buscamos él está siempre dentro de nosotros.

Cuando todo esto pensaba se vinieron los recuerdos cual caballos desbocados y se llenó mi mente de una claridad asombrosa, recordé que durante muchos años me dediqué al estudio de la metafísica aplicada. Ésta me enseñó a reconocer mi interior y encontrar la paz y la tranquilidad, pero por sobre todas las cosas encontré a mi Cristo interior.

Esto me hacía sentir que mi espíritu lo podía elevar más alto que las montañas, y podía sentir la presencia de esa energía universal que me llenaba de amor y felicidad.

El Parque

Un parque es un terreno localizado dentro de un poblado y que se destina, en el concepto inicial, al fomento de la naturaleza. En él encontramos jardines, arboles, prados, entre otros. Es un lugar apropiado para el esparcimiento de los habitantes de un lugar. Es también un centro de atracción turística.

Ese parque, si abarca una larga extensión de terreno natural, protegida por el Estado, es entonces un parque de mayor importancia, es un Parque Nacional o un Parque Natural.

Al ser un parque nacional, es, valga repetirlo, un área protegida. Tiene un estatus legal que le confiere la protección y conservación de la riqueza excepcional que en él existe, tanto flora y fauna. Los parques nacionales están localizados en zonas con poco desarrollo, y eso es lo importante, ya que generalmente en este lugar existen especies en peligro de extinción. En los parques nacionales, en cualquier lugar del planeta, se encuentra la naturaleza en armonía, el equilibrio, la justicia ecológica que permite el mantenimiento de la vida en la tierra.

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