23 noviembre, 2024

Historia

Alfaro, Presidente amigo de los empresarios – Parte I

Entre los historiadores ecuatorianos de la primera mitad del siglo XX, al analizar a Eloy Alfaro Delgado, no hay consenso sobre su ideología y relación con el sector privado, pero entre los contemporáneos, la mayoría de pensamiento de izquierda, lo describe como enemigo de los empresarios, llegando al extremo absurdo de sostener que fue el primer socialista ecuatoriano. Nada más alejado de la realidad. Eloy Alfaro fue, sin lugar a dudas, el Presidente más cercano a los empresarios que ha existido en Ecuador, muy por encima de Plaza, Yerovi, Arosemena Gómez, Febres Cordero y Durán Ballén. Alfaro fue pro empresa privada, las evidencias son abrumadoras, se observan a través de todos los actos en su vida.

Su ideología capitalista comienza en sus orígenes. Su padre, el español Manuel Alfaro González, fue empresario exitoso, de aquellos que comienzan como empleados y terminan siendo dueños de negocios. En efecto, Manuel, quien se había establecido en Montecristi alrededor de 1835, fue empleado de Manuel Antonio Luzarraga, español que llegó a Guayaquil como asistente de otro español dueño de goletas, y en menos de cuatro décadas se convirtió en uno de los hombres más ricos de Ecuador. Entre los negocios de Luzarraga se encontraba la exportación de todo lo que se podía vender en el exterior, incluyendo sombreros de paja toquilla. Manuel era quien compraba por cuenta de Luzarraga, estos productos elaborados en Manabí.

Luis Napoléon Dillon: ¿Patriota o Vengador? – Parte Final

Los veneradores de Dillon le atribuyen el ser pionero en numerosas gestiones, como haber sido el primero en proponer reformas al sistema bancario, contactar a Erwin Kemmerer para contratarlo y ser el impulsor del Banco Central. ¿Qué dice la historia documentada sobre estas iniciativas?

Los banqueros se daban cuenta de que el sistema económico y monetario debía cambiar. Ellos solicitaron al Presidente Córdova: “… el restablecimiento de una situación monetaria sana y estable…” -y para ello proponían la venida de un experto monetario extranjero para hacer un profundo análisis de la situación económica del país, para aplicar, por parte del Gobierno, las medidas aconsejadas. Los peticionarios señalaban que “…estarán dispuestos a cooperar con el gobierno, contribuyendo proporcionalmente al capital pagado de cada uno a los gastos que demande la venida de ese experto monetario….nuestra contribución se pagará bajo la condición de que el consejo que el experto dé, será seguido escrupulosamente por los Poderes Públicos”. Nos estamos refiriendo al economista Edwin Walter Kemmerer, profesor Emérito de la Universidad de Princeton, que vino a asesorar al gobierno de Isidro Ayora a un costo de ochenta mil dólares (en 1925 la cotización promedio equivalió a 4 sucres por dólar).

Luis Napoléon Dillon: ¿Patriota o Vengador? – Sexta parte

Luis Napoleón Dillon era un empresario que seguramente por méritos propios, tenía una posición de prestigio en el mundo empresarial quiteño y como había trabajado en el sector bancario, quería manejar su propio Banco. Cuando fundó la Sociedad de Crédito Internacional, pensando que con la influencia que tenía, no habría obstáculo alguno para funcionar como Banco de Emisión, ordenó a la American Bank Note Company la fabricación de los billetes hipotecarios que se muestran a continuación:

Eduardo Estrada Guzmán, quien está escribiendo la biografía de su abuelo, Víctor Emilio Estrada Sciacaluga, me los proporcionó, como también el sobre donde se encuentran guardados. En el exterior del mismo, está escrito en puño y letra de Don Víctor Emilio:

Luis Napoléon Dillon: ¿Patriota o Vengador? – Quinta parte

Otro prestigioso experto en economía, en este caso guayaquileño, también rechazó los argumentos de que la carestía de la vida y el alza cambiaria, eran culpa de los banqueros y exportadores, y que el retiro del país del patrón oro, a través de la ley moratoria, causaba la emisión desenfrenada de billetes. En su sólida explicación, Víctor Emilio Estrada comentó:

“En el Ecuador no existió inflación, …ANTES de la inconvertibilidad de 1914…desde que se fundó el Banco Comercial y Agrícola hasta agosto de 1914, es decir durante 16 años el país vivió bajo el talón de oro y bajo circulación legal y franca de oro amonedado… Durante esos 16 años la moneda se mantuvo estable… el Ecuador no sufrió ni siquiera un remedo de inflación…Antes de la guerra, antes de la apertura del canal de Panamá, antes de sanearse y abrirse francamente al mercado internacional el puerto de Guayaquil, antes de elevarse los precios, antes de desarrollarse la economía del interior, antes de que el ferrocarril a Quito valorizara por su espléndida producción nueva y de intercambio a la región interandina, antes de verificarse esos verdaderos acontecimientos en la historia económica del Ecuador, éste usaba para sus cambios interiores una masa de monedas de 17.700,000 sucres y ahora que las causales arriba expresadas han hecho necesarios dos o tres sucres para adquirir o negociar lo mismo para lo que antes bastaba uno, ¿será posible que el circulante sea menor que antes? Evidentemente que no es forzoso concluir por lo tanto que falta motivo en la acerba campaña que tiene por blanco al sistema bancario del país, que precisamente es el único elemento que puede suplir la comprobada deficiencia del circulante”.

Luis Napoléon Dillon: ¿Patriota o Vengador? – Cuarta parte

El éxito del cacao ecuatoriano hizo que otros países lo produjeran, particularmente las colonias inglesas africanas. Con el ingreso de nuevos competidores, el precio comenzó a bajar. Los hacendados guayaquileños intentaron crear un cartel internacional para detener la caída; representantes hicieron viajes a países productores para proponer el proyecto, pero la idea no prosperó. Como alternativa se creó la Asociación de Agricultores en Guayaquil, con la participación de centenares de productores grandes, medianos y pequeños; empezó a operar en 1913 para comprar toda la producción del país y venderla directamente a los importadores en Europa y Estados Unidos. Esta organización cometió el error de pagar internamente a precio firme, pero vender a consignación. Al año de funcionar comenzaron las críticas y ataques de quienes no simpatizaban con los exportadores o estaban en contra del partido liberal. Como el grano en destino no se vendía, la ADA se endeudó para poder seguir comprando a los agricultores. Su situación económica se hizo insostenible al comienzo de los veinte.

Luis Napoléon Dillon: ¿Patriota o Vengador? – Segunda parte

El nacimiento de la Banca en Ecuador fue condicionado para poder constituirse. Gabriel García Moreno exigió que para funcionar debía prestar fondos a su Gobierno desesperado por financiar el déficit presupuestario. Fue el inicio de una relación fatal entre Gobierno e instituciones financieras, que duró más de 60 años e involucró a 21 jefes de Estado, relación que tendría devastadoras consecuencias en décadas siguientes.

En efecto, García Moreno autorizó la fundación del Banco Luzarraga y la del Banco Particular, porque los principales accionistas accedieron a hacer préstamos; se trató de un chantaje que no beneficiaría a ninguna de las partes. En el caso de Luzarraga, la condición fue tener a disposición una línea de crédito permanente de 250.000 pesos. En los primeros meses y años de vida de esas instituciones financieras, García Moreno pescó a río revuelto y puso a pujar a las instituciones financieras. La misma práctica usarían posteriores presidentes y jefes de Estado.

García Moreno, que recurrió a Luzarraga para conseguir fondos, en carta a Roberto Ascázubi, se expresa del primero en los siguientes términos:

Luis Napoléon Dillon: ¿Patriota o Vengador? -Primera parte

Si hay un
personaje histórico al que los izquierdistas y quienes ultrajan a Guayaquil han
puesto en los altares, este es Luis Napoleón Dillon, empresario, columnista,
intelectual e ideólogo de la Revolución Juliana de 1925; fue desenmascarado por
un guayaquileño, también empresario, columnista e intelectual contemporáneo,
Víctor Emilio Estrada. Los historiadores que narraron sobre esa revolución en
la forma en que lo hicieron, desconocían las fuerzas del mercado o manipularon
los hechos para lograr réditos ideológicos o regionales.

Antes de entrar
a analizar a tan siniestro ecuatoriano, conviene describir los antecedentes de
la mencionada revolución. ¿Cuáles fueron los factores que llevaron a la
destitución de Gonzalo Córdova? ¿El movimiento iniciado en Quito tuvo motivos
altruistas? ¿Fueron engañados los militares de rangos intermedios que
participaron en el golpe de Estado?

Falta de visión de los fundadores de Ecuador – Parte final

Ecuador no podía considerarse Estado Nación al faltar las bases mínimas de convivir de sociedad civilizada. El sistema judicial era muy elemental, y no se respetaba la propiedad privada. Cualquier persona podía perder sus bienes por el abuso de poder. La falta de estado de derecho originaba frecuentes disputas entre comerciantes. El manejo de los fondos públicos desde la Presidencia de Flores fue esencialmente de gastos militares, no se destinaron recursos para crear infraestructura, ni para salud y educación. En los primeros años de la República los gastos militares variaron entre 50% y 70% del total del presupuesto.

Inversión en Fuerzas Armadas
(% del total del presupuesto del Gobierno central)
Siglo XIX

Fuente: Informes del Ministro de Hacienda

Falta de visión de los fundadores de Ecuador – Séptima parte

A través de la historia. los estudiosos del desarrollo económico de los países, entre ellos Douglass North y Mancur Olson, premios Nóbel en Economía, han logrado identificar los determinantes del desarrollo, aquellos factores que si se cumplen, ayudan a los países a salir de la pobreza y lograr el despegue económico. Entre los más importantes se ubican los siguientes:

  • Valores culturales
  • Institucionalidad
  • Educación
  • Tamaño del mercado
  • Infraestructura
  • Inversión
  • Ahorro
  • Tecnología
  • Visión
  • Actitud emprendedora
  • Libertad económica
  • Diversificación económica

Falta de visión de los fundadores de Ecuador – Sexta parte

Ecuador no nació con pilares de institucionalidad. No hubo respeto por la propiedad privada; desde el inicio, los bienes de los adversarios de quienes dirigían los destinos de los ecuatorianos, fueron tomados a la fuerza; fue manera de tomar represalias. Hay amplias evidencias de empresarios cuyas propiedades fueron confiscadas, otros arbitrariamente puestos en prisión; otros, asesinados. Los contratos fueron frecuentemente violados, especialmente aquellos relacionados con las actividades económicas.

El Archivo Histórico del Guayas (AHG) se encuentra lleno de documentación de juicios comerciales entre comerciantes, y de personas perjudicadas por el Estado. Entre ellos está el de José Villamil, uno de los patriotas que lucharon para lograr la independencia de Guayaquil. El juicio tiene que ver con dinero que prestó a solicitud del General Sucre para pagar el transporte de tropas: “…hallándose en el Carcajal las tropas de la República sin poder venir a esta a falta de buques pues no había dinero para la habilitación de los que se hallasen en esta ría. En estas circunstancias, a una leve insinuación de los señores generales Sucre y coronel Ibarra y conducido del puro deseo de servir a la República vino en dar el dinero necesario para los adelantos de dichos buques los que desde luego hicieron su viaje conduciendo esas tropas a quienes le debe la libertad del sur de Colombia” Por haber transcurrido más de ocho meses y la deuda superar los 10,000 pesos, importante cantidad de dinero para la época, Villamil propuso que por el erario no tener los recursos, aceptaba recibir como parte de pago la casa donde funcionaba el estanco de aguardiente. En opinión de Villamil “…este edificio es de todo inútil al Estado y se va deteriorando rápidamente que en breve quedará destruido…” y solicitó se procediera a rematar la propiedad siguiendo todas las formalidades. Villamil no fue el único perjudicado. Miguel Ansoátegui se demoró más de 18 años en recuperar parte de un préstamo. Recién en 1830, el Congreso aceptó hacerle un abono de 50,000 pesos.

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