20 abril, 2025

Poesía & Arte

Delirio en Talara

Me permito copiar los datos del contexto histórico de este poema de Jorge Wagner Velasco, investigados por su sobrino, mi amigo, colega y compañero, el Dr. Guillermo Wagner Cevallos:

“Este poema, dedicado a la memoria del Teniente Gustavo Ledesma Vásquez, nacido en Guayaquil, miembro de las guardias Nacionales, heroicamente fallecido el 23 de julio, en la primera ofensiva del Perú, en la llamada Batalla de Zarumilla, fue escrito el año de 1941, inmediatamente después de la Convención de Talara, donde se acordó la separación de fuerzas con una zona desmilitarizada de algunos kilómetros, pero con la Provincia de El Oro ocupada y la amenaza de atacar Guayaquil y Cuenca. Fue inspirada por la trágica derrota de nuestras armas, pese a la heroica actuación de nuestros combatientes que lucharon en condiciones de desventaja numérica y de armamento y la posterior ocupación de la Provincia del oro, parte de Loja y las guarniciones ecuatorianas de la Amazonía a partir del 29 de julio, cuando habíamos mantenido un alto al avance enemigo. Este ataque sorpresivo y contrario al Derecho Panamericano y a pesar del acuerdo del cese de hostilidades, con la garantía de Estados Unidos, Brasil y Argentina, firmada el 26 de julio, se dio, en un estado de agotamiento de las fuerzas ecuatorianas, huérfanas de refuerzos y de parque y confiadas en el respeto al alto al fuego.

Jorge Wagner Velasco

Gracias a la gentileza de su sobrino, mi gran amigo, compañero y colega, el prestigioso Gineco-Obstetra y ex Ministro de Salud, Dr. Guillermo Wagner Cevallos, puedo presentar estas primicias de un escritor no conocido, ecuatoriano, guayaquileño y montubio de cepa, hombre brillante, no sólo por sus conocimientos, camaradería, hombría de bien y de gran sensibilidad de alma, que desafortunadamente abandonó prematuramente nuestro mundo.

Jorge Wagner Velasco, vio la luz en Guayaquil el 13 de agosto de 1913, en el hogar formado por el muy prestigioso Cirujano y Gineco-Obstetra Dr. Jorge Wagner Gilbert, cuyo nombre lleva con orgullo, la Sala de Cirugía y partos de nuestro prestigioso Hospital Gineco-Obstétrico Enrique C. Sotomayor, y Doña Celinda Velasco Letamendi, honorable dama de nuestra sociedad.

Rafael Pino y Roca (2)

Otro poema famoso de Rafael Pino y Roca, que habla de su ingenio y de su fino sentido del humor, es este “Himno al pedo español”, escrito a comienzos del siglo pasado y que en su época fue repetido en innumerables ocasiones, produciendo hilaridad su descripción.

Disfrutemos de un momento de humor, leyendo este himno:

Himno al pedo español

Rafael Pino y Roca

Entra gallardo, en la arena,
con su sangre de torero,
el pedo más altanero
de la gástrica verbena…

Viene vestido de luces,
con meneos deslumbrantes,
desafiando a los obuses
y a los gases asfixiantes…

Un despertar verde

Ella venía de muy lejos, arrastrando su soledad Se refugió en un parque solitario en busca de la serenidad Dejando caer áridos recuerdos se acostó sobre la fresca hierba y se entregó […]

Rafael Pino y Roca

Rafael Pino y Roca fue un guayaquileño de sentimiento y alma. Autor del Canto a la Raza, escrito en Berlín el 12 de octubre de 1934 y muchos otros versos

Quiero destacar aquí de él una poesía tierna, romántica, que dibuja su alma, su bello cuento de amor “¿Qué cómo lo saben?

¿Qué cómo lo saben?
Rafael Pino y Roca

¿Qué cómo saben, -preguntas-
que nos juramos amor
aquella noche al oído
despacito tú y yo
si por testigos tuvimos
tan sólo al cielo y a Dios?

Luís Fernando Gómez Ycaza

Pido perdón por publicar esta poesía que no se encuentra en ningún libro, pero que considero que, dadas las circunstancias, es necesario que sea conocida.

Es una poesía familiar, fue escrita por mi abuelo, Don Luis Fernando Gómez Ycaza, a sus hijos cuando ellos comenzaban sus hogares, en 1943, y contiene una gran verdad que debe ser respetada, sobre todo, ahora que el mundo ha cambiado y que los valores han comenzado a ser vistos como defectos y no como virtudes, como algo sin valor en un mundo en el que justamente lo que falta es la integridad, la verdadera amistad, los principios que nos enseñaron nuestros abuelos y que las malas costumbres, los falsos valores han ido hundiendo cada vez más en lo recóndito del alma y que están allí, esperando poder aflorar cuando el mundo cambie nuevamente. Esta poesía se titula: “La V de la Victoria que quiero para mis hijos”.

Mi abuelo, Don Luis Fernando Gómez Ycaza fue un hombre muy especial. Columnista de Diario El Universo principalmente, escribió muchísimos artículos de muy variados temas, tanto políticos como de formación.

Adiós Abuelo

Entre las poesías de las que, al menos yo, no conozco al autor, está esta joya argentina que se titula “Adiós abuelo” que es una tierna despedida a un abuelo maravilloso.

Adiós Abuelo

Adiós abuelo y perdón
porque a pesar de haberte tenido
conmigo, nunca he pasado
tanto tiempo como hubiese podido
y a pesar de haberte querido
siento pena de no haberlo demostrado.

Adiós abuelo y perdón
porque a pesar de lo que me enseñaste
y el amor que me has brindado,
no he cumplido los objetivos
con los que alguna vez soñaste.

Andrés Eloy Blanco

Andrés Eloy Blanco fue un abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano que nació en Cumaná, cuna también de nuestro prócer Antonio José de Sucre, el 6 de agosto de 1896 y murió el 21 de mayo de 1955 en México, D.F., en un accidente de tráfico, cuando estaba exiliado.

Miembro de la generación del 28 y fundador del partido político Acción Democrática. Siendo estudiante fue encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen. Obtuvo varios premios en bellas artes por sus poesías, entre ellos, el primer premio en los juegos florales de Santander Cantabria, en España, por el que viajó a España a recibirlo, donde fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Viajó luego a Cuba donde se reunió con intelectuales cubanos y venezolanos exiliados.

En 1928 comienza a editar clandestinamente el diario disidente “El Imparcial”. Su actividad política lo llevó varias veces al exilio. Venezuela no ha reparado mayormente en este brillante escritor.

Soleá del amor indiferente

Son en verdad una obra de arte las “Soledades” del poeta español Manuel Benítez Carrasco, que, como conté, vivió en Guayaquil hace unos 60 años. Para terminar, pongo aquí su tercera Soleá , y quiás, mi favorita: la soleá del amor indiferente.

Soleá del amor indiferente

Manuel Benitez Carrasco

Ni rencores ni perdón.
No me grites, no me llores,
lo nuestro ya se acabó.

¿Rencores? ¿Por qué, rencores?
No le va a mi señorío
guardarle rencor a un río
que fue regando mis flores.
Tu me diste los mejores
cristales de tu corriente
y no sería decente
maldecirte, por despecho,
si sé que tienes derecho
a dar o negar la fuente.

Soleá del amor generoso

Siguiendo con las Soledades de Manuel Benítez Carrasco. Quiero presentar ahora, su
Soledad del amor generoso:

Soleá del amor generoso
Manuel Benítez Carrasco

Todo es cuestión de hidalguía,
tú me lo negaste todo,
yo te di cuanto tenía.

Ni un suspiro a mi cuidado
contestando a mi suspiro;
fuiste de duro zafiro
siendo de vidrio quebrado.
Ni un rosal viejo y gastado
merecí de tus antojos,
sólo me diste despojos
de tu zarzal y tu roca,
que me sangraron la boca
y me cegaron los ojos.

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