A Guayaquil, barca novia de un río y un mar
Manuel Benítez Carrasco nació en el barrio el Albayzín de Granada, España, el 1 de diciembre de 1922. Allá por los años cincuenta deja España y viene a América, donde vive en algunas Ciudades, entre ellas, Guayaquil.
Bohemio de alma y poeta prolífico, escribió muchas poesías, entre ellas las famosas “Soledades” (soledad del amor desprendido, Soledad del amor indiferente, soledad del amor generoso), Tus cinco toritos negros, El perro cojo, Tengo el caballo a la puerta y esta preciosa poesía que regaló a Guayaquil.
Este hermoso poema describe al Guayaquil de ese entonces, cuando aún no estaba en la cima del Cerro del Carmen, el monumento al Corazón de Jesús, el Cristo que nos protege, y en su lugar había una cruz grande y hermosa. Pero dejemos que sea Manuel Benítez Carrasco quien nos describa ese Guayaquil, sus hermosas mujeres, ese enamorado río y el fuerte brazo de mar.
Instantes de Locura
Momentos de agitación y deseo Instantes donde sé lo que va a suceder… Antes de que llegaras, ya has llegado. Al rozarte comienza la pasión y el desenfreno No tienes idea cómo […]
Si pudiera
Si pudiera atrapar un arco iris, Lo haría sólo para ti. Y compartiría contigo su belleza En aquellos días que te sientas triste. Si pudiera construir un cielo Tú podrías llamarlo nuestra […]
En un bosque
Buscando pasos por seguir iluminados por la luz de la luna debajo de la noche, tan sutil… Y escucho el sonido del agua, como corre a través de la piedras, mientras te […]
De lo que no es mi propia sangre…
Necesito tu aliento para respirar…
Vivir o morir resultan sinsentidos si no está tu sentir
Mi conciencia solo es conciente si percibe para ti
Eres mi despacio espacio del sonido quedo…
Cada cosa que empiezo o termino, comienza y acaba por ti
De mi jardín eres el árbol más amado y desconocido
Eres una quimera de oquedades pardas que corono con ensueños y sueños