¿Hacia dónde vamos?
Cinco años de gobierno es un buen período como para evaluar o imaginar cual es el destino que nos esperará luego de que Rafael Correa sea reelegido, profundice su proyecto y su ego se eleve hasta cuando encuentre algún imprevisto que lo frene.
En términos generales creo que las transformaciones eran necesarias. La evaluación que yo hago es un 60% positiva. No se puede pedir un cien por ciento favorable porque es un imposible. Eso no impide que quienes destacamos los desperfectos estemos obligados a callarnos. Y conforme más el gobierno se centrifuga hacia su único líder, el eje de los cambios, más se seguirá equivocando en el siguiente tramo durante el cual él aspira a gobernarnos indefinidamente con absoluta prepotencia. El poder tiene sus propias trampas de arena y por inercia el gobernante va dejando de mirar con esa tranquilidad que le es necesaria para ajustar los errores que inevitablemente se van dando y acumulando.
Carnaval de Poder
Previa a la abstinencia propia de la Cuaresma, el carnaval es lo que podríamos decir la época del estallido de la carne y los deleites lúdicos. Y así en medio de ese festival lleno de comparsas y con todos los efectos especiales propios de la edad moderna, el gobierno de la revolución ciudadana se festinó sus apetencias confiscando, eso resultará a la larga, al diario El Universo. Cuarenta millones de dólares son muchísimo y con esa glotonería el ciudadano Rafael Correa se los engulló como acto inaugural de su campaña electoral. Como entremés se relamió, cual aceitunas entres sus dedos, a dos periodistas, por haber escrito un libro sobre él y su hermano.
A paso galopante nuestro Presidente, en apenas cinco años, ha acumulado mayor poder que cualquier otro que pueda recordar la tormentosa vida política de este Ecuador en sus menos de dos siglos de aventuras. Se inició este gobierno sin un solo diputado y de ahí vino el Congreso de los Manteles, la prohibición de publicar videos como aquel ya caído en el olvido de Ricardo Patiño cuando era ministro de Finanzas y renegociaba la deuda externa en una sala privada. Luego el Tribunal Constitucional fue desmantelado y reorganizado a la carta. Inmediatamente se identificó y anuló a lo que se llaman contrapoderes y se los fue poniendo en la parrilla; cámaras de la producción, colegios profesionales, agrupaciones gremiales, servidores públicos, maestros, médicos, policías y militares. A todos les tocó su turno. Se destituyeron Superintendentes para colocar a comparsas fieles; se crearon veinte nuevos ministerios para absorber ladinamente atribuciones de alcaldes y prefectos. La Junta Bancaria fue tomada una tarde cualquiera, como se toma un té a las cuatro de la tarde, y el Banco Central pasó a ser un ente decorativo. Se intervinierón varios medios de comunicación a cuenta de las sinvergüencerías bancarias y en vez de revertirlos para que con el producto de su venta se pague a los acreedores, simplemente reinvirtieron una fortuna en ineficiencias como es el caso de El Telégrafo, y pusieron a dedo a sumisos directores. Se fusionaron los fondos del IEES con los del Estado y finalmente se reorganiza el sistema de justicia imponiendo jueces calificados por quienes ellos mismos habían a su vez seleccionado. En estas circunstancias, rodeados de cuñas publicitarias, cadenas informativas e intolerancia sabatinas nos alistamos a nuevas elecciones generales para reelegir al ungido.
El Caso Bucaram
En mis circunstancias de edad y ambiciones ya atenuadas, cuando escribo este tipo de análisis políticos existe el único propósito de hilvanar las versiones históricas que he vivido, para que a la larga, quizás, puedan significar un aporte para quienes se interesen en hurgar el pasado con el afán de formarse criterios intergeneracionales sobre el ayer y el hoy que nos son comunes. Un país funciona en base de yerros y de aciertos, de ensayos, de éxitos o de fracasos, siempre y cuando sepamos comunicarnos entre una generación y otra, entre el ayer y el ahora.
El tema a tratar ahora es el de la nueva Corte de Justicia, que tiene delante de sí la enorme responsabilidad de juzgar a ex mandatarios que están prófugos y sobre quienes hay una premisa pública de culpabilidad ya momificada. Sobre el caso de Mahuad me expresé la semana anterior. Hoy me toca el de Abdalá Bucaram, personaje este que desde ya me ha tratado de intimidar con sus habituales procacidades expresadas, según me dicen, en un twittcam. Allá él. Cada quien tiene derecho a ser como es, y solo me alegra a mí no ser como él.
El caso Mahuad
La nueva y flamante Corte de Justicia tiene que resolver casos pendientes represados que serán una prueba de fuego ante la opinión pública porque vienen precedidos de una carga emocional colectiva acumulada. No hablo del caso El Universo, pues creo que la determinación de Correa ya ejecutorió la sentencia. Prefiero referirme al caso Mahuad, y mas adelante, en otra entrega quizás, al caso Bucaram porque todavía no me apetece meterme en semejantes lodazales. En principio creo que ambos gobernantes fueron derrocados rompiendo los preceptos constitucionales y legales de la época, y que ellos deberían estar en el país como premisa de su inocencia. Lastimosamente los dos huyeron y por eso, para mí siempre serán los perdedores. Bucaram vive en Panamá a cuerpo de rey, juega pelota, no trabaja y nunca ha trabajado, se festeja sus cumpleaños a lo grande y la pasa irresponsablemente bonito como siempre. Finalmente por ese estilo de vida es que apenas pudo sostenerse en la Presidencia por seis cortos meses. Jamil vive de forma bastante austera, da clases en alguna universidad norteamericana, dicta conferencias, y no creo que tenga intenciones de regresar al Ecuador. Ya no tiene seguidores, políticamente hablando, y son pocos los amigos que se acuerdan de él. Está en el ostracismo y disfruta de ello.
Cinco Años
Preferiría escribir sobre temas agradables, no sobre esa bestia negra que es la política. Escribir por ejemplo pidiéndole a Dallayana que me autografíe una de esas fotos publicadas en SOHO, tema sobre el cual traté hace poco y que suscitó bastante controversia entre alguna mujeres, envidiosas quizás de tantas exquisiteces. Pero hoy caigo sobre el inefable Rafael Correa y sus cinco años de gobierno.
Históricamente las persona que han gobernado el Ecuador durante períodos continuos más largos han sido Eloy Alfaro (5 de junio 1895 a 31 agosto de 1901) 2.500 días ; García Moreno (10 agosto 1869, al 5 de agosto de 1875) que suman 2.185 días y que hubiese superado esa marca de no haber sido asesinado. La dictadura militar petrolera de los setenta duró 2.815 días sumadas las gestiones de Bombita Rodríguez y Alfredo Poveda que debo mencionarlos juntos porque es realmente un record si se lo toma en su conjunto por eso de las botas y charreteras.
Teocracia y Egocracia
La visita de Mahmud Ahmadineyad al Presidente Correa ha acaparado la atención de la prensa nacional e internacional. Sin duda que se ha logrado posicionar a nuestro país y promover la no inversión extranjera occidental, que es una de las metas que el Gobierno persigue por considerarla un contrapoder de la revolución ciudadana. Incluso hemos arrancado un editorial de esa prensa corrupta como creo que debería considerarse, en el enlace sabatino próximo, al Washington Post. ¡Somos importantes, y eso es lo importante! Lo demás pamplinas. Mientras discutíamos sobre esto en la redes sociales y sobre los beneficios que trae al Ecuador esa asociación tan estrecha con Persia, y yo por mi parte ponderaba lo importante que sería una transferencia de tecnología en esto de la industrialización del shawarma, o del apoyo con submarinos ecuatorianos para ir al estrecho de Ormuz en caso de conflicto armado, el Código de la Democracia se resbalaba ajustando las tuercas para facilitar la reelección de nuestro Rafael Correa, uno de los líderes mundiales de más envergadura en estos momentos de tensiones nucleares. Es lógico, pues si el precio del petróleo llega a 200 dólares el barril, estamos hechos en el 2012 y quedará financiado ese festival de gasto público que alimenta la popularidad de nuestro líder.
La visita del presidente de Irán
El presidente de Irán realizará una visita a nuestro país para tratar de obtener la solidaridad del Ecuador con relación a la disputa que mantiene con los Estados Unidos y la Unión Europea respecto a las armas nucleares. Por estos motivos considero importante compartir con ustedes las siguientes reflexiones:
Es verdad que el Ecuador debe de tener relaciones con todos los Estados pero también es cierto que se deben de privilegiar las relaciones con los países que son sus socios naturales. Por otra parte, con Irán no existe ninguna relación comercial, cultural, histórica etc.
Ahora bien, estoy convencido que no es el mejor momento para recibir al presidente de Irán ya que este recibimiento nos hace tomar parte en un conflicto en el cual el Ecuador no tiene porque estar involucrado.
¿Por qué se retira Lenin Moreno?
La oportunidad que te puede dar el destino para servir a la patria como presidente o vicepresidente de la república es única. Pocos ecuatorianos alcanzan esa distinción. Para desempeñar estos puestos se necesita ser patriota. Es decir, se debe anteponer los intereses de la patria sobre los propios.
No se me ocurre nada para justificar, que cuando tienes la posibilidad de hacer por la patria todo lo que has querido siempre hacer por ella; dejes de hacerlo.
Cualquier persona que esté convencida de que su cargo le permite realizar profundos cambios en la sociedad y tiene el poder para hacerlo, debe hacerlo y tiene que hacerlo por el tiempo que tenga que hacerlo, sin importar el sacrificio que sea.
Revolución con Corcho
En casi cinco años de gobierno, que Rafael Correa los cumplirá el 15 de enero del 2.012, se habrá gastado unos mil millones de dólares en difundir la palabra “revolución”, y los llamados demócratas todavía no entienden que, cuando una revolución está en marcha, la juridicidad es como un simple traje de los tantos que se tiene en el armario. Los modistas que preparan el vestuario se hallan muy ocupados en esto. Corcho Dior ha hecho un excelente trabajo como valet y Alexis se ha dado abasto para diseñar el ajuar necesario y a la medida.
La Constitución de Montecristi fue el traje de boda con sus velos, adefesios y peinados que hacían ver a la novia con sus mejores encantos. La luna de miel ya dura cinco años y la revolución no termina de sacarse todavía la ropa íntima. Un striptease que todavía atrae a un sesenta por ciento de quienes siguen esperando el total de la lujuria. Para algunos la revolución, en su danza de los siete velos, demuestra un resultado ambiguo e incluso ya hay quienes dudan de su género. Los de izquierda la ven de derecha, los de la derecha la ven de izquierda porque no alcanzan a ver lo que hay en su pleno centro. Y es que eso de los travestis también cuenta en temas de género. Recién van a profundizarla, se dice, pero hasta el momento siguen los calentamientos previos y las promesas vivas bajo el ritmo de una democracia publicitaria. Me permito sospechar que el novio prefiere vivir en ese estado revolucionario permanente sin llegar a otra meta que la de gobernar por gobernarnos. La meta no es llegar a procrear una familia con instituciones vigorosas, sino gozar de la danza previa al calor de una melodía publicitaria que le permite mantener entretenida la lujuria de los votantes cautivos.
Perú
El resultado electoral fue dado, es voluntad del pueblo peruano que Ollanta Humala gobierne ese país. Lo bueno, que la elección fue limpia, el pronunciamiento, democrático; lo malo, la incertidumbre, un país muy dividido, con reservas y dudas de la clase media urbana, de buena parte de los trabajadores, de profesionales, inversionistas y empresarios, respecto al futuro rumbo del país.
La economía peruana, después de los desastrosos resultados de los setenta con el Gobierno de Velasco Alvarado y de los ochenta con Alan García, sufrió las mayores pérdidas de empleo, inversión, hiperinflación y, lo peor, la pérdida de la tranquilidad y la seguridad con los ataques violentos y frecuentes de la guerrilla urbana y rural de Sendero Luminoso.