Matrimonio: sólo hay uno.
Para hablar del matrimonio, como sacramento espiritual que fue santificado y bendecido con la presencia física del Señor Jesucristo y su Santa Madre María en las Bodas de Cana, necesariamente tenemos que referirnos a la importancia y la centralidad de la familia, en el orden de la persona y a la sociedad, que está dependiente y subrayada en la Sagrada Escritura:
“No está bien que el hombre esté solo”(Gn.2,18). A partir de los textos que narran la creación del hombre (cf. Gn.1, 26-28; 2,7-24) se nota cómo-según el designio de Dios-la pareja constituye “la expresión primera de la comunión de personas humanas” (Concilio Vaticano II, Const. Gaudium et spes, 12:AAS58 (1966) 1034).
Dios en las constituciones Ecuatorianas
Con la Constitución Política, dada en el Palacio del Reino de Quito, el 15 de febrero de 1812, con el Pacto Solemne de Sociedad y Unión entre las Provincias que formaron el Estado de Quito, se puso en primer lugar el nombre de Dios, como reza en su texto “En el nombre de Dios Todopoderoso Trino y Uno.
El pueblo Soberano del Estado de Quito, legítimamente representado por los Diputados de las Provincias libres que lo forman, y que se hallan en este Congreso, en uso de los imprescriptibles derechos que Dios mismo como autor de la naturaleza ha concedido a los hombres para conservar su libertad, y proveer cuando sea conveniente a la seguridad, y prosperidad de todos”…..