21 noviembre, 2024

La degradación de la política: ¿Cómo, Por qué y Hasta cuando? (2)

(c) por Ben Heine - Flickr

El resultado, que no podía ser otro, fue que la nobilísima actividad política fue siendo cada vez más subestimada y subvalorada y quedando cada vez más en manos de improvisados y de personas de menor preparación y hasta de personas de ninguna preparación más allá de algún título de bachiller, (en algunos casos logrado al apuro, entre gallos y media noche), y algún eventual título de alguna universidad local, cuya obtención, bien sabemos, no es nada difícil. A los ignorantes ciertamente, se les unieron pronto los inmorales y el círculo se fue cerrando cada vez más.

Si se quiere ahondar en esta análisis, podemos preguntarnos cuáles han sido los últimos líderes de proyección nacional que ha tenido o tiene el país, y veremos que han sido, a no dudarlo, Bucarám y Correa. El uno nacido en 1952 y el otro en 1963. En buen romance, a partir de la década de los años sesenta, ya no nacen líderes en este país. Y no cabe aceptar tampoco el pretexto de que los últimos líderes históricos de los partidos llamados tradicionales, (denominados “partidocracia” por los demoledores del viejo orden), eran demasiado “fuertes” e impidieron el surgimiento de nuevas figuras; no cabe aceptarlo, digo, porque basta revisar nuestra historia y encontrar infinidad de casos de líderes surgidos precisamente de la lucha, (¡ había voluntad de lucha ¡), entre jóvenes figuras, luego convertidos en líderes, contra viejos líderes de cuya fuerza nadie puede dudar.

Baste recordar cuántas figuras surgieron en la época velasquista, cuajados precisamente luchando contra el Dr. Velasco Ibarra que bien podría denominarse, en lenguaje moderno, como una auténtica “aplanadora”. En ése período surgieron o terminaron de madurar figuras como Galo Plaza, Camilo Ponce, Raúl Clemente Huerta, Guevara Moreno, C.J. Arosemena, Otto Arosemena, Assad Bucarám, León Febres Cordero, Pancho Huerta, Abdón Calderón, y muchos otros, integrantes de una lista demasiado larga para ser consignada aquí en su totalidad. Igual cosa sucedía en décadas y siglos anteriores, cuando gobernaban titanes de nuestra historia como García Moreno y Eloy Alfaro, que eran tanto o más “aplanadoras” que Velasco Ibarra.

Desde 1973 en cambio, solo han aparecido los dos antes nombrados pues no se puede incluir en el listado a aquellos que han ejercido el Poder por algún accidente de la historia, accidentes que precisamente hay que reconocer, se hicieron más frecuentes, esos sí, en los últimos quince años. Y tenemos que reconocer que ambos han accedido al poder en forma por demás rápida, sin haber pasado por los filtros que en el tiempo aseguran el mínimo de experiencia necesaria para saber aplicar la teoría. El resultado está a la vista.

Este proceso de debilitamiento de la sociedad, que casi podríamos definir como de “involución social”, trajo consigo, triste es decirlo, una real decadencia moral, y el inicio de la desaparición de las élites como grupos líderes de una sociedad. Y esto incluye no sólo a las élites sociales o economicas, sino incluso a las intelectuales. ¿ Cuál escritor de los de hoy se compara con los Pareja Diez Canseco o los Ycaza, por citar dos ejemplos y cuál pintor se compara, también por mencionar un nombre como ejemplo, con el ilustre Kingman ?

Por ende si buscamos respuesta para el “cómo” y el “porqué la sociedad dejó de reivindicar” ciertos valores elementales para elegir a sus representantes, tenemos que revisar detenidamente lo sucedido en el país desde 1972 hasta la fecha y la explicación, aunque parece simplista, está ante nuestros ojos y se la puede resumir en una frase más simple aún: falta de compromiso. Cuando alguien se pregunte, al estilo de Vargas Llosa por boca de unos de sus personajes que “¿ en qué momento se jodió el Ecuador ?”, respondamos serenamente que cuando la riqueza obtenida no del cielo sino del subsuelo pero igualmente no trabajada sino regalada, nos volvió indolentes, egoístas y superficiales. ¡ Tan sencillo como eso !

La otra pregunta que se incluye en el título de este artículo, “, ¿ hasta cuando ?, tiene una respuesta igualmente simple: hasta cuando las personas íntegras, preparadas y experimentadas, decidan volver a entrar al juego y acepten el desafío de hacer país, como se decía antes. No hay que olvidar jamás la experiencia y si no habría que preguntarle a nuestro inefable gobernante y sus muchachos qué mismo fue lo que más les faltó el 30 de Septiembre…

La falta de experiencia genera improvisación y no tenemos que escarbar mucho para encontrar ejemplos aterradores, como los de un arquitecto encargado del “Sistema Nacional de Inteligencia”, (o mejor dicho de lo que pretende ser tal), o de un poeta encargado del Ministerio de Defensa…

Finalmente, no podemos ni debemos dejarnos engañar por la palabrería de moda y que es intensamente bombardeada por la maquinaria oficial. “Cambio de época” fue lo que se produjo, como planteado en los párrafos anteriores, en la década de los años 70, esto que vivimos hoy no es otro cambio de época, es simplemente la muerte de ésa época que nació en ésa década y cuya agonía comenzó hace 15 años cuando la sociedad en su conjunto comenzó a apostarle a los improvisados.

La verdadera “nueva época” todavía no ha comenzado, por más que algunas mentes no tan lúcidas nos lo griten a diario con corazones ardientes, comenzará realmente cuando esta pesadilla que vivimos ahora haya terminado y hayamos visto la luz al final del túnel.

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  1. Brillante análisis, no es difícil entrever que alguien sin experiencia nos conducirá precisamente hacia donde vamos.
    Lo que no se comprende es por que al votar, personas de criterio formado,favorecieron con su voto, a los dos «líderes inexpertos», Junto a su opinión, debo anotar que a partir de cierta etapa de esta epoca pos militar, habia crecido un regionalismo malsano, que impidio llegara al poder a un candidato con todas las cualidades de un estadista, a fuer de machacar constantemente, lo que ha hecho que el pueblo decida por los inexpertos,: los antivalores.
    Si tienes un carro te lo rayo, si tienes buena educación te llamo nerd.
    si eres mono, eres ladron, si eres de Guayaquil, no tienes educación por que eso solo lo pertenece a las alturas, según opiniones leídas en este mismo diario, emitidas por opinologos que todo lo saben, sobre todo ofender.
    Conclusión, es una pena haber llegado a este punto en el camino, es desear como bien anota Ud., vuelvan a reeditarse líderes que no tengan los pies de barro, y no hagan de la lucha de clases, el caballo de batalla, con el que dividan al pueblo para reinar.
    Saludos.

  2. Gracias a una preciada amiga me llegó su comentario sobr el libro del Dr. Peñaherrera. Magnífico. Por curiosidad entré en su página. ¡Qué suerte»!Admiro su análisis-el de arriba-porque expone con claridad lo que otros mortales como yo intuimos, sentimos, vivimos, pero no podemos expresarlo. Por eso, concuerdo bien con sus puntos de vista. Sin embargo hay algo que me gustaría comentar. Usted dice «¿ hasta cuando ?, tiene una respuesta igualmente simple: hasta cuando las personas íntegras, preparadas y experimentadas, decidan volver a entrar al juego y acepten el desafío de hacer país, como se decía antes.» Me parece que eso no basta. Hace poco se hizo presente un grupo de eminentes ciudadanos-no recuerdo el nombre que se dieron-que lanzó un mensaje a la nación manifestando que desean aunar sus fuerzas para defender la institucionalidad y la democracia. ¿Qué aceptación tuvieron? ¿Qué fuerza tendrían para optar por el poder o sea llegar a gobernantes? Ninguna. La anomia que tiene la gente, le impide hacer conciencia de la situación. En el país los que nunca han tenido preocupaciones por la libertad o la democracia son mayoría. Ellos viven felices como están porque no sienten que pierdan lo que nunca han tenido. Cambiar esto requiere algo más que la decisión de los hombres justos como usted propone.
    Desde mi humilde balcón, sigo mirando esta sociedad descompuesta y preguntándome cómo cambiar el curso de la historia.
    Saludos

    Patricio Ortega 03mar11

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