Estuve como todos los años en lo que yo llamo – EL día de Israel – Fue una noche extraordinariamente bella y, sobre todo, profundamente significativa, por el mensaje del Cónsul de esa República en Guayaquil, Johnny Czarninski- a quien en mi emocionado saludo lo llamé Alfredo y que yo misma me preguntara-luego- ¿por qué lo hice? ¿In o subconscientemente…?
Y he aquí mi respuesta:
Este y su padre Alfredo, aunque en distintas etapas generacionales, marcan la existencia de Israel en esta ciudad del Ecuador, aprendiendo a conocerlo, a vivir y sentir su cultura y su historia; pasando por los siglos, más acá del holocausto y su nacencia como república y de ahí la pujanza de la gente judía por hacer de ese país, constituido por derecho internacional, a la vanguardia del mundo, como igual todas las acechanzas por destruirlo.
Digno de reconocer el afán de ese hombre, por promover a su País culturalmente, especialmente en la década de los 80: significativo el grupo cultural ecuatoriano-israelí, que conformó en Guayaquil, promoviendo un activo intercambio artístico-literario, muy notorio y todo acompañado de Ruth su “esposa inclaudicable…”
Y volviendo al presente: Hay que anotar a su hijo Johnny – actual Cónsul de Israel en Guayaquil, quien sigue fomentando dicho relación entre los dos países, con su ímpetu característico, tanto empresarial como diplomático; cuyo auspicio cultural es trascendente.
De ahí, como algo extraordinario, vale mencionar la presentación esa noche, de la Orquesta sinfónica de Guayaquil con el concierto singular y bello, que yo lo llamaría Concierto por la paz en Medio Oriente.
Más de cien músicos – en que cada instrumento era un milagro –dirigidos por el extraordinario David Harutyunyan y la actuación de nuestra diva eterna Beatriz Parra, la inimitable voz de Fabián González y la soprano Viviana Rodríguez, cantando en ladino- ese lenguaje judío-sefardita. Las piezas entonadas por la orquesta traspasaron los límites musicales clásico, para en comunión simbólica, escuchar en ese Hevenu Shalom Aleijem judío, que traducido al español significa La paz esté con nosotros. Respondamos -¡Así sea! por ellos y el mundo entero.
En cuanto al reclamo que hiciere en su discurso, Johnny Czarninsky como Cónsul de Israel, de que nadie apoyó a su país en los momentos cruciales, ni reconocen todo lo que hace a favor de los pueblos en desgracia, en el presente. ¡Está errado! El mundo entero reconoce y sabe las que está pasando en esa guerra de medio Oriente, como sabe de la valía de Israel en el orbe. Sino que entre el estruendo de tantas guerras, todo se hace imperceptible. Mas yo, seguiré escribiendo, como periodista libre que soy, en Desde mi trinchera –www.desdemitrinchera.com– en el que electrónicamente llevo ya casi ocho años incursionando, tengo dos artículos últimos febrero 4/2009 La guerra de cualquier lado es un absurdo. Agosto 1/2014 Por la paz en los derechos humanos, sin contar tantos anteriores, acordes a la abstención de mí voto en contra de Israel, en la Conferencia mundial de la ONU en Nairobi…
Y hoy siglo XXI ¡Cuánto no diera! por ver el árbol que en 1986 sembrara en su tierra, con la Primera dama ecuatoriana Eugenia de Febres Cordero, entre los millones que verdean el desierto: y que entonces dije, con los mismos deseos vigentes al presente: “..que los árboles sembrados hoy por nosotros, se enraícen para dar sombra a los hombres de Israel y puedan fructificar en días de paz para sus hijos, como el ideal de todos los hombres del mundo…”